En días pasados, el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, habló de la necesidad de que la banca en México regrese a manos de inversionistas nacionales.
Obviamente las declaraciones de quien fuera presidente de este país durante el sexenio 1988-1994 levantaron olas.
Sobre todo porque otra vez retomó el tema del llamado error de diciembre cuando se dio una de las crisis económicas y financieras más severas y de la que todavía no alcanzamos a recuperarnos, pero que muchos analistas interpretaron como un nuevo intento de Salinas de Gortari de lavarse las manos pues el gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León, su sucesor, le atribuyó a la administración salinista ese famoso error decembrino.
Las opiniones en torno a la propuesta de Carlos Salinas fueron a favor y otras en contra.
Incluso, el que ha sido uno de los secretarios de Hacienda más efímeros de la historia reciente de México, Jaime Serra Puche la respondió al nativo de Agualeguas, Nuevo León, insistiendo en que a ellos les entregaron un país prácticamente en quiebra y todo porque Carlos Salinas no quiso devaluar el peso bajo el argumento aquel de que presidente que devalúa, se devalúa.
En esta sus declaraciones sobre la banca nacional, el ex presidente da a entender que los bancos en manos de extranjeros no impulsan el desarrollo del país sino que practican una política basada en el obtener jugosas utilidades.
Recuerdo, precisamente, lo que al respecto opinó el ex secretario de Hacienda y Crédito Público, Jesús Silva Herzog-Flores en aquella entrevista televisiva que le hicieron Sabina Bergman y Katia D`Artigues en Shalalá, hace ya algunos meses.
El también se pronunció porque los bancos regresaran a manos de nacionales, ya que la banca en México, que es mayoritariamente extranjera, no apoya el desarrollo, es decir que no está comprometida con el fortalecimiento económico de nuestra nación.
En otras palabras, le apuesta más a la especulación y al agiotaje que al compromiso social.
Como se recordará, los bancos mexicanos fueron nacionalizados por José López Portillo a finales de su sexenio en una decisión que fue duramente criticada por los barones del dinero pero también por intelectuales que vieron más una reacción visceral que razonada.
Y fue precisamente Carlos Salinas de Gortari, en su calidad de secretario de Programación y Presupuesto en el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado quien impulsó el retorno de los bancos nacionalizados a sus antiguos o nuevos dueños aunque en los procesos de desincorporación bancaria hubo algunos vivales que se llevaron la tajada del león.
De acuerdo a cifras fidedignas, el sistema bancario en México es uno de los que más ganancias reportan a los bancos que compraron, Bancomer, Banamex, Bital y demás instituciones que, salvo Banorte y bancos más pequeños, pasaron a manos de las trasnacionales que manejan los grandes bancos del mundo.
Para darnos una idea de que los bancos en nuestro país no están apoyando el desarrollo, dice una información reciente que el 40 por ciento de la industria se encuentra con problemas de deudas y carecen de financiamiento de la banca de desarrollo y comercial para reestructurarlas y que la banca comercial no aún no está decidida a apostar por el riesgo en ese sector.
Este dato confirma lo que argumentan tanto Jesús Silva Herzog-Flores como Carlos Salinas de Gortari que la banca actual mexicana no está apalancando el desarrollo.
Y eso es grave para una nación emergente como la nuestra.
¿Debe el gobierno federal promover que la banca regrese a manos de mexicanos?
¿Cómo reaccionarían los capitales externos? El tema, sin duda es apasionante.
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario