Según las estadísticas, México es uno de los países donde se lee menos.
El dato podría no impresionar a muchas personas.
Pero es lamentable que apenas entre el uno y el cinco por ciento de la
población mexicana lea periódicos o libros.
El porcentaje debería ser mayor.
Alguien dirá que, en esta época de las tecnologías de la comunicación,
suena un tanto raro que se promueva la lectura de libros cuando estos están
condenados a desaparecer.
Son una especie en extinción, como en su tiempo lo fueron los dinosaurios.
En efecto, eso va a ocurrir algún día, pero mientras este llega,
deberíamos leer lo más que se pueda.
¿Es costosa la lectura de libros?
Tal vez en algunos casos, pero también hay maneras de acceder a ellos
sin que se tenga que afectar al bolsillo, como son las bibliotecas, cada vez
menos visitadas, precisamente por el avance de la tecnología.
El tema viene a colación porque leo que una empresa transnacional
dedicada a la venta de hamburguesas aquí en nuestro país, en lugar de ofrecer
la famosa cajita feliz con diversos
juguetes a las niñas y niños que van a sus locales a consumirlas, ahora se les
ofertará un paquete ¡de libros infantiles!
Sí, así como lo lee.
Es más, según la información, el programa debió iniciar el pasado 5 de
febrero y si se ya se está aplicando, pues en horabuena.
Cabe subrayar que esta promoción se aplicó ya en Europa y los Estados
Unidos de América donde se distribuyeron 20 mil ejemplares, que tal vez no sea
una cantidad impresionante, pero que contribuye a la lectura.
Obviamente, habría que decir que los autores de los libros infantiles
ofertados, son extranjeros, pero porque sus historias son las más conocidas,
aunque podría darse la posibilidad de que en el futuro, aquí en nuestro país se
oferten también obras literarias infantiles de autores nuestros.
Los duendes y el zapatero, de los
hermanos Grimm, la ratita presumida,
un cuento popular, El gigante egoísta,
de Oscar Wilde, El traje nuevo del
emperador, de Hans Christian Andersen, Piel
de asno, de Charles Perrault, Heidi,
de Juana Spyri, El ruiseñor y la rosa,
de Oscar Wilde y El doctor sabelotodo,
de los hermanos Grimm, son los ocho títulos que ya están en el paquete de la cajita feliz.
Es muy probable que los pequeñines se saquen de onda cuando se les diga
lo que contiene ahora la cajita feliz
y que no se interesen por ella, pero allí es donde se requiere que los padres
de familia intenten interesarlos en la lectura, buscando la manera de
convencerlos y de hacerles atractiva la oferta.
Incluso, recurrir al chantaje: hay hamburguesa, si acepta recibir la
cajita con libros.
Dijo el poeta del pueblo que las
letras no entran cuando se tiene hambre.
Pero en este caso, es algo muy diferente.
Y coincido con uno de los especialistas consultados para saber su
opinión sobre este programa, quien dice que de esta manera se logrará mayor
impacto que en el del objetivo del gobierno federal de que se fomente la
lectura con esos spots en los que aparecen algunos artistas o personajes
destacados mexicanos, con sus hijas e hijos.
Y si bien es cierto que ahora con la Internet se pueden conocer lugares,
hechos y muchas otras cosas que a veces sólo se conocían a través de los
libros, sigo creyendo que esa magia y ese algo tan especial que estos tienen,
provocan una mejor sensación en las y los lectores.
Por eso yo siempre digo al término de esta modesta colaboración:
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx