¿Cuántas veces ha escuchado a alguien cercano a usted decir que hacer corajes u odiar a una persona produce cáncer?
Tal vez muchas, pero es casi seguro que usted se muestra dubitativo e incrédulo.
Sin embargo, los expertos en el tema, no tienen duda de que cuando se odia a determinada persona se corren riesgos en la salud.
Pero ¿qué es el odio?
Una nota publicada en un diario de circulación nacional abordó el tema el pasado domingo 21 de febrero:
“El odio es un sentimiento que provoca aversión, a quien se le desea un mal. Este sentimiento está constituido, principalmente por la ira pero es necesario destacar que también puede ir acompañado de emociones como decepción, tristeza y repulsión, además de pensamientos negativos que le dan sustento a éstas”.
“Quienes odian producen jugos gástricos y esto puede causarles úlceras, gastritis, colitis y apendicitis”.
Por eso insisto en que en el diccionario de mis sentimientos esa palabra, junto con otras que son negativas para la vida del ser humano, no existen.
¿Se puede llegar a odiar a una persona toda la vida, incluso después de muerto?
Los expertos coinciden en que el gran problema del odio es que, si no se sana, el vínculo sentimental no cesa ni con la muerte de la persona aborrecida y que esto se debe a que su imagen, junto con pensamientos obsesivos sobre cómo dañarla, permanece en la mente de quien odia.
¿Cómo se identifica el odio? Los expertos dicen que cuando:
Se irrita con tan sólo ver o pensaren una persona en especial.
Aunque pueda ayudarla, no lo hace.
Considera que ese individuo se merece que le pasen situaciones desagradables.
Tiene pensamientos recurrentes de reclamo o venganza.
Lo peor de todo es que el odio hacia una persona se genera por nimiedades.
Por detalles que se pueden zanjar y que no deberían llevarnos a albergar en nuestros sentimientos, el del odio, muchas veces somos víctimas por años de esa actitud negativa.
En el núcleo familiar es común que el odio eche raíces con frecuencia.
Las relaciones de los suegros y las suegras con las nueras y los yernos suele transitar por caminos llenos de aristas y es muy común que se despierte el odio con mucha frecuencia.
Incluso entre hermanos y hermanas o bien entre estos y algunos familiares cercanos.
Las herencias suelen ser un caldo de cultivo excelente para fermentar el odio.
Olvidamos, lamentablemente, que lo que se nos hereda son casi siempre bienes materiales y que esos pueden recuperarse si los perdemos.
Pero ¿qué nos vamos a llevar de este mundo?
A veces ni la ropa o los calcetines que traemos puestos.
Un ejemplo reciente de ello lo vimos con el accidente aéreo de la familia Saba dueña de enormes riquezas materiales allá en la capital de la república.
Finalmente creo que en México, quienes más odian son los veracruzanos, con el perdón de mi director que es nativo de ese estado.
Y no lo digo por él sino porque el Ratón Crispín decía en su programa de la TV: “Te odio, con odio jarocho”.
Muchas gracias, la lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx. Blog: http://temasysucesos.blogs.com
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