domingo, 11 de abril de 2010

TEmas y...¿qué nos pasa?

Perdón que a veces sea reiterativo, pero ¿qué nos pasa?
Leo con preocupación que uno de los productos emblemáticos de nuestro país está en crisis:
el cacao.
Desde 2005, México perdió el 40 por ciento de su capacidad de producción de la superficie sembrada de este fruto del que se deriva el chocolate.
Esto ha permitido que chocolate, de muy mala calidad por cirto, esté penetrando en mercado nacional ante la indiferencia de nuestras autoridades.
Además, como para que el panorama se pongan más crítico, un hongo arrasa los plantíos de ese exótico fruto.
¿Qué está pasando?
Señor presidente Calderón, usted nos ha convocado constantemente a las mexicanas y a los mexicanos a que hablemos bien de nuestro México.
Y claro que lo hacemos con mucho gusto.
Es más, aquí mismo he dicho en varias ocasiones que como México no hay dos.
Pero eso no significa que no tengamos que señalar las deficiencias o fallas de nuestros gobernantes.
Creo que con el cacao pasa lo mismo que con el frijol, el maíz y otros productos en los que el país había sido prácticamente autosuficiente hasta hace unos años.
Es cierto, aumentó notablemente la población mexicana, pero esa no es la causa del desmadre que existe en la producción nacional.
Me da la impresión de que los responsables de incrementar los cultivos, por parte del gobierno federal, les importa pito que esto suceda.
Y es que si no producimos lo suficiente en granos y otros insumos, pues los importamos.
Y allí es donde sale el peine.
Porque con la importada, ganan muchos y con la producción, ganan pocos.
¿Por qué miles de toneladas se pudren desde hace dos o tres años en Zacatecas y Durango, entidades productoras de frijol?
Porque de esa manera, al no venderse la producción naiconal se importa ese grano y deja mucho billete verde en todo el proceso de importación.
Que hay problemas económicos, de insuficiencia de agua para riegos, de plagas y muchos otros que inciden en la producción y la productividad agropecuaria de México, es verdad.
Pero los que hacen más daño son los servidores públicos corruptos que permiten el contrabando.
Recién se acaban de aprobar en el Congreso de la Unión, reformas a la Procuraduría General de la República con relación a la piratería.
Que ahora el delito se perseguirá de oficio y que con ello, santo remedio.
¡Si chucha, y tus calzonzotes!, diría María Victoria.
Lo que se necesita es acabar de raíz con un mal que aqueja a este país y así lo indican las estadísticas internacionales: el de la corrupción.
Y esa permea las 24 horas del día en las aduanas, aéreas, marítimas y terrestres.
Erradicarla no es tarea fácil.
Desde hace décadas escuchamos a nuestros gobernantes afirmar que ahora si terminarán con ese cáncer social, pero la verdad es que no han encontrado el medicamento adecuado.
Por lo pronto, si no nos ponemos changos, también el cacao no tarda en mostrar en sus envases: Made in China.
¿O no?
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx

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