Que si el primer gol de Argentina fue en claro fuera de lugar.
Que si Osorio cometió un ozooototooote al fin y al cabo es Oso-rio
Que si…
Lo que sea, es un juego deportivo y pueden ocurrir muchas cosas.
Pero igual que sucedió hace 4 años, los argentinos fueron la piedra con la que los seleccionados mexicanos de fútbol tropezaron de nuevo, como dice la canción de Massías y que hiciera famosa Julio Iglesias.
En el 2006, Argentina evitó que México jugara el anhelado quinto partido.
Ayer, una de las mejores selecciones de fútbol del mundo, también evitó que la selección azteca jugara su quinto partido en el Mundial Sudáfrica 2010.
Esa es nuestra realidad.
Como ocurre cada cuatro años, las televisoras nacionales que son las que hacen el gran negocio con esta justa deportiva, se encargaron de elevar a los seleccionados mexicanos a un podio que no les corresponde.
Si en la CONCACAF no se gana o se gana con muchos apuros con un nivel de fútbol de ínfima categoría –hay países donde el fútbol no es profesional- cómo poder vencer a una selección como la de Argentina, que es de las mejores del universo.
Claro que no son invencibles y prueba de ello es que, desde 1986, los argentinos no ganan la copa del mundo.
Pero con esa pléyade de estrellas que tiene la albiceleste es casi como enfrentarse a un imposible.
La selección televiteca (por lo de Televisa y TV Azteca) no produce, no logra concretar.
Necesita goles y han sido escasos.
Y los partidos de fútbol se ganan con goles.
A gritos se pidió que Javier Aguirre no alineara en el juego de ayer al jugador argentino nacionalizado mexicano, del Guille Franco.
Pero fue lo mismo.
No hubo un resultado favorable.
Argentina perforó veces la meta mexicana y apagó la euforia y los anhelos de todos aquellos que ya veían a la oncena tricolor en los cuartos de final.
Como mexicano, duele que ayer todo haya acabado para los futbolistas mexicanos que estaban participando en el mundial allá en Sudáfrica.
Pero no nos vayamos con la finta.
No es el país el que pierde.
Es una selección de fútbol y punto.
Algunos o muchos, tal vez no estén de acuerdo con esta postura, pero esa es la verdad.
Al fútbol que es un deporte, lo convirtieron en un espectáculo.
Genera miles y miles de millones de dólares y sólo algunas cuantas empresas se llevan una buena tajada de ese suculento pastel.
Eso no es ningún delito.
Lo que me parece indebido, es que se alienten esperanzas y se hable de que esos 11 jugadores que se baten en la cancha ante los rivales, son los representativos de todos nosotros los que habitamos este gran país.
En fin, Sudáfrica 2010 ya perdió atractivo para los mexicanos y ahora habrá que esperar a lo que haga Brasil, que es la selección que tiene el apoyo nuestro cuando ya no juega México.
El sueño, se acabó.
La ilusión explotó como pompa de jabón.
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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