Qué contradictorios somos los mexicanos:
Nos quejamos y pataleamos porque en Arizona se proclama la Ley SB 1070 que discrimina a nuestros connacionales que van a buscar trabajo en Estados Unidos de América pero que se lleva entre las patrullas, a los que ya viven legalmente allá, pues faculta a la policía de ese estado a detener a las personas que sean sospechosas de estar allí en forma ilegal.
Pero acá no hacemos malos quesos con los centroamericanos que ingresan a nuestro país por la frontera sur, también en busca de mejores horizontes de vida.
Así como hay muchas historias dramáticas de paisanos que han vivido un infierno en sus aventuras de irse pal` otro lado, también las hay de quienes vienen de otros países a México, como Guatemala, El Salvador, Honduras y otros más.
Hay un hecho que no tiene que ver ni con los que se van a Estados Unidos ni con los que llegan por el sur, a México.
Es el caso de un par de indígenas del grupo étnico Cucapah que tiene su asentamiento en el vecino estado de Baja California.
Emilio Hurtado y Juan Antonio Guerra, que así se llaman, fueron detenidos el 19 de mayo próximo pasado en un retén militar, debido a que transportaba ¡un pez! Totoaba, el cual está en veda por peligro de extinción.
Cuando los dos indígenas Cucapah ingresaron al CERESO de Mexicali, les cortaron el cabello, lo que trasgrede, dice la información, las tradiciones de esa etnia.
Sus familiares alegan inocencia de parte de los dos miembros de su tribu, pero lo que más les duela, es decir la peor ofensa para ellos, no es el hecho de estar presos sino el que les hayan cortado el cabello pues esto sólo ocurre cuando están de luto.
Emilio desde que nació, nunca se había cortado el cabello.
Lo tenía hasta la cintura y, para conservar la tradición tribal, solo se lo despuntaba.
“No respetaron nuestras tradiciones, es la peor ofensa”, dijo Hilda Hurtado, hermana de Emilio y remató: “Para nosotros es una costumbre tener el cabello largo, sólo se corta cuando estamos de luto, cuando alguien de nuestra familia muere”.
Se entiende que las reglas de un Centro de Readaptación Social para los que allí se encuentran internos, son muy estrictas y una de ellas se relaciona con la higiene personal.
En eso estoy de acuerdo.
Pero, en este caso, al tratarse de dos indígenas o miembros de una tribu, las autoridades del CERESO de Mexicali, debieron haber hecho una excepción.
¿Cómo exigirle entonces a la gobernadora de Arizona, Jane Brewer que retire su ofensiva ley SB 1070, si nosotros aquí también somos ofensivos?
Además, está el hecho de que a Emilio y Juan Antonio se les detuvo en el retén militar porque llevaban ¡un ejemplar! de pez totoaba.
Estoy a favor de que cuidemos nuestro medio ambiente y nuestros recursos naturales. Que se respeten las vedas.
Pero que nuestras autoridades encargadas de vigilar que esto suceda, no exageren.
Hace unos días corrió la noticia de que en San Diego un barco pesquero descargó más de 2 mil 500 toneladas de pez marlín, que se presume fueron capturados aquí en la región de BCS.
Y no ha pasado nada.
Pero, como les sucedió a otras personas que aquí también han sido citadas en este espacio, a veces es más delito robar por hambre o ignorancia que hacerlo por ganar dinero fácil.
Como diría un colega ya fallecido: ¡Linda cosa!…
La lectura es vida, lo demás, es lo de menos...hzr@prodigy.net.mx
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