¿En qué mundo vivirán nuestros legisladores federales?
La interrogantes es porque hace unos días durante la Plenaria de los diputados del PRI allá en un paradisiaco lugar de recreo, su flamante coordinador Paco Rojas les regaló a cada uno de los 237 diputados federales de ese partido, una I`pad, que es una de esos gadgets de manufactura más reciente en el mundo de la industria de las comunicaciones vía internet.
A un costo promedio de 8 mil pesos, sáquele cuentas.
Pero eso todavía podría perdonárseles a estos legisladores que no se dan cuenta de que son seres PRIviligiados en un país de desarrapados y marginados.
Lo que se reprocha es el hecho de que una tecnología como la de estas especie de computadoras portátiles se les entreguen a personajes que no saben ni como se llaman.
Algunos ya las regalaron.
El diputado federal Sami David que es un verdadero trapecista pues se la navega de cámara a cámara del Congreso de la Unión de plano aceptó que la I´pad se la regaló a su hija.
Otros, como algunos líderes campesinos de plano no saben qué hacer con ellas porque de eso no entienden ¡ni madres!
Otros más, como el petulante y patibulario líder sempiterno de los ferrocarrileros, Víctor Flores se dio el lujo de rechazarla porque él tiene mejores.
Dice que alguien firmó de recibido por él y que no ha visto esa maravilla inventada por la gente de Steve Jobs en Apple.
Otros, como el hermanito del gobernador de Coahuila de quien se dice quiere heredarle el cargo a su consanguíneo, dicen que prefieren utilizar el teléfono Black Berry que también en abril pasado les llego como regalo de la coordinación de su bancada.
Decía Elena Ponatiovska en su comentario en la TV de la semana pasada que con lo que se pagó a un escultor por una obra alusiva al Bicentenario, unos 35 millones de pesos, se podrían construir un buen número de viviendas, dotar de energía eléctrica, drenaje o servicios médicos a algunas comunidades marginadas.
Tambièn con ese dinero que se gastaron en las I`pads y las Black Berry se pdrían hacer muchas cosas en beneficio de la gente.
Si los legisladores federales quieren, que los compren con su dinero.
Bueno en realidad, sería con nuestro dinero porque con nuestros impuestos a ellos se les cubren sus sueldos y ¡qué sueldos!
No entiendo por más que le doy vueltas al asunto por qué nuestros legisladores federales y muchos locales, no son solidarios con la ciudadanía.
Tal vez porque, como digo al inicio de esta colaboración, ellos viven en otro mundo.
El problema es que tanto va el cántaro al agua, hasta que se revienta.
Y así como se reventó en 1810 y en 1910, para estar a tono con el tema del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de nuestra Revolución, así podría reventarse en este 2010, lo que desde luego yo no lo deseo.
Lo que quiero es que nuestros llamados representantes populares hagan conciencia de que no pueden actuar como si vivieran en Jauja y nosotros en la miseria.
Tienen que ser más solidarios.
Aunque no faltarán los cínicos que digan que la solidaridad, como la esperanza era verde pero se la comió el burro.
¡Linda cosa!.
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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