Portavasos de 19 pesos, 4 espátulas de madera de 49 pesos, coladores de 89 pesos, sartén de 26 centímetros de 445 pesos, waflera de 805 pesos, Blue-Ray de 3 mil 499 pesos, planchadora de 4 mil 699 pesos, lavadora de 17 mil 499 y pantallas LED de 55 pulgadas con un costo unitario de 29 mil 999 pesos.
El lector podrá pensar que esa es la lista de regalos para la Navidad de una persona de clase media, pero sorpréndase porque es parte de la lista que Carlos Slim Domit y su ahora esposa María Elena Torruco Garza pidieron a los invitados a su boda a la que asistieron unos 2 mil 500 de la crema y nata de la alta sociedad y de la política mexicana.
Siendo el hijo de uno de los hombres más ricos del mundo, uno se hubiera imaginado que los regalos para Carlos Jr., hubieran sido autos, departamentos, viajes alrededor del mundo, etcétera.
¿Por qué pidieron él y su ahora esposa, esos regalos, en su mayoría tan sencillos?
Podría pensarse que sólo fue una pose, pero se sabe que Carlos Slim Helú, es, a pesar de sus millones, un hombre que se comporta de manera sencilla.
No tiene aviones particulares, normalmente los renta, no tiene vehículos ostentosos, si acaso alguno, no usa joyas ni ropa muy cara, etcétera.
Su hijo Carlos, debe haber aprendido a comportarse de igual manera: con humildad.
Con esa humildad de la que hablaba en la columna del miércoles pasado y en la que debí haber destacado la actitud humilde que asumió el presidente de Chile, Sebastián Piñera durante el rescate de los 33 mineros que quedaron atrapados a más de 700 metros bajo tierra allá en la región del desierto de Atacama en aquella república sudamericana.
¿O fue una pose?
Muchos pensarían que tal vez, el primer mandatario chileno aprovechó la presencia de los medios informativos y de que prácticamente en todo el mundo se estaba al pendiente de lo que sucedería con el ahora ya famoso rescate, para proyectarse como un gobernante solidario y preocupado por los problemas de su gente.
Sin embargo, viendo las escenas del rescate, a mí me dio la impresión de que Piñera no estaba fingiendo.
Que realmente se preocupó y se ocupó de la salvación de esos pobres mineros que hace casi 3 meses no eran más que números de la estadística de los que se dedican a esa agotadora tarea y ahora ya son famosos en todo el mundo.
El operativo para salvar a los 33 mineros tuvo un costo de entre 10 y 15 millones de dólares.
¿No es mucho dinero para tan pocas vidas?
Cristo dijo, cuando luchaba porque las ovejas volvieran al redil, que con una que lo hiciera, sería suficiente.
La vida humana no tiene precio.
Somos efímeros.
Y lo material vale, pero al fin y al cabo eso no lo podemos transportar al otro mundo, cuando dejemos este.
Cuatro espátulas de madera con silicón para la cocina con un costo de 19 pesos cada una, figuraron en la lista de regalos que Carlos Slim Domit pidió como regalo de bodas.
Artículos muy sencillos esas cucharas de palo, sin duda alguna.
Claro que a la novia, la noche de bodas lo único que le interesó fue el palo, pero, como dijo la Nana Goya, esa ya es otra historia.
Eso sí: las cosas sencillas en esta vida, suelen ser las más extraordinarias…
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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