martes, 9 de noviembre de 2010

Temas y...a lo que hemos llegado

¿Qué tendrían en común una fotografía tomada en el interior de una guardería con los niños, de tres meses a tres años, tirados sobre el suelo buscando protegerse de una andanada de balas imaginarias, con una fotografía en la que se aprecia a un avestruz metiendo la cabeza en el hoyo de un terreno llanero?
Aparentemente nada.
Lo que sucede es que luego de analizar qué fue lo que pasó con el programa de la cría, matanza y venta de avestruces en Baja California Sur, me preguntaba por qué no funcionó si la carne de esas aves corredoras tiene mucho a favor.
Al discutir el tema, mi opinión se centraba en que para que fuera un éxito la cría de avestruces, no para exportación, sería necesario impulsar el consumo de su carne entre los habitantes de esta entidad y del resto del país.
Y que para lograrlo se tendría que, primero, acostumbrarnos a consumirla porque no es parte de la dieta tradicional de los mexicanos, además de que se considera un platillo exótico y que la clave residía en regalar a los jardines de niños y guarderías carne de avestruz para que de esa manera la consumieran y al ser adolescentes y adultos la pudieran considerar como parte normal de los menús cotidianos en sus hogares.
Si en Corea consumen carne de perro, es porque desde pequeños, a los habitantes de ese país se les inculca la idea de que su consumo, es como el de cualesquier otro tipo de carne.
A nosotros nos espanta, pero para los coreanos es un exquisito manjar.
Y así nos vamos por diversos países en los que el consumo de algunos productos que a nosotros los mexicanos nos parecen una ofensa al paladar, para ellos es parte de su dieta alimenticia.
Pero los infantes que aparecen en la foto, tomada en una guardería de Matamoros, Tamaulipas, no tienen nada que ver con los avestruces. Es cierto.
Ellos están recibiendo orientación para saber cómo actuar en caso de que se presente un incidente relacionado con un eventual enfrentamiento entre personajes del crimen organizado y las fuerzas de seguridad y que pudiera involucrarlos.
¿Menores de tres meses a tres años de edad, siendo aleccionados para evitar caer abatidos por las balas, ya sean de las disparadas por los criminales o por los elementos de las fuerzas policiacas? ¡Caray a lo que estamos llegando!
Y no es que desapruebe el que se les de ese tipo de preparación porque al fin y al cabo saber cómo reaccionar en una situación de esa naturaleza, podría significar el vivir o morir, sino que yo creo que esos pequeñitos que luego serán ciudadanos, deberían estar recibiendo otro tipo de lecciones y conocimientos.
Como por ejemplo, consumir la carne de avestruz.
Por si fuera poco, los expertos en el tema, señalan que los mexicanos enfrentaremos en el futuro problemas de salud mental derivados de la guerra antinarco.
Los cuadros depresivos y demás enfermedades mentales, se incrementarán de manera notable en los próximos años, por los afectados que sobrevivan a ese tipo de violencia: hombres, mujeres y niños que presencien tiroteos, pierdan familiares o abandonen sus casas y tierras y los que escuchen y lean sobre noticias crueles relacionadas con el crimen organizado.
Y lo peor de todo es que la salud mental no está en las prioridades de la agenda gubernamental pese a que estas representan ya el 13 por ciento de las discapacidades que afectan a la sociedad mexicana.
¡Linda cosa!
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx

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