domingo, 23 de enero de 2011

Temas y...!Olé maestro!

Después de 21 años volví a cruzar palabra con ese genial maestro de la crónica periodística que es Miguel Reyes Razo.
Mi admirado cronista visitó el pasado fin de semana esta ciudad de La Paz para realizar algunas entrevistas para su programa de radio Los soles de México, en cadena ABC, que es parte de la Organización Editorial Mexicana y el viernes lo transmitió directamente desde la oficina de nuestro director José Escobar.
Aproveché para entregarle a Miguel una copia de la columna que en agosto del año pasado escribí luego de la muerte de otro gran cronista del periodismo mexicano, Fidel Samaniego y en la que hago alusión a Miguel Reyes Razo y Martha Anaya como integrantes de una trilogía de lo mejor que ha dado el periodismo mexicano de crónica en los últimos 25 años del siglo pasado.
En 1988, como ya la recordaba en esa columna, conocí a Reyes Razo como invitado especial del entonces candidato presidencial del PRI, Carlos Salinas de Gortari y en ese tiempo también crucé palabra con Fidel Samaniego.
Las crónicas de Miguel en el Excélsior, no me las perdía y después, durante su breve paso por El Universal. Ahora las publica en El Sol de México y en los demás diarios de la OEM.
No cabe duda de que él es un personaje sencillo, pero con un caudal de conocimientos que le ha dado la vida y la lectura. Está bien informado y conoce, con profundidad la historia política del país
Dice que desde los 4 años ya leía.
A los seis años, su padre, para que aprovechara bien el tiempo lo envío a que hiciera una crónica de lo que observara en el Museo del Chopo allá por las instalaciones de la UNAM en la capital del país.
Esa fue su primera crónica.
Ya como profesional del periodismo ha escrito miles.
Coincide conmigo en que el periodista debe ser un observador nato.
Y el que es cronista, con mayor razón.
Un ejemplo del periodista observador es el del reportero del Columbus Dispatch, un periódico de la ciudad de Ohio allá en el vecino país del norte que descubrió al ahora llamado Vagabundo millonario.
Ese periodista observó con atención lo que decía el pequeño cartelito que Ted Williams mostraba a las personas a las que solicitaba limosna en las calles de Columbus.
Allí decía que Dios le había dado una voz privilegiada, de oro y que si alguien le podía ofrecer trabajo de locutor o comentarista, lo ayudara.
Con su aspecto de vagabundo, aquello sonaba poco creíble.
En 1993, Ted Williams, quien era un afamado locutor en Nueva York, había caído en las garras de las drogas y el alcohol y terminó vagando por las calles hasta llegar al estado de Ohio donde fue descubierto y hoy la breve entrevista televisada que concedió al reportero del Columbus Dispatch ha sido vista por más de 15 millones de personas en el You Tube, por lo que ahora es toda una celebridad mundial.
Estoy seguro que Miguel Reyes Razo, habría hecho una crónica extraordinaria sobre el caso de Ted Williams.
No que meda la menor duda.
Salud, maestro…
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx

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