domingo, 6 de febrero de 2011

Temas y...Engaño

Eso de gato por liebre, suele ser una constante en este país.
Con frecuencia nos ofrecen determinados servicios, ofertas y productos que en apariencia son lo máximo, pero que luego viene el desencanto una vez que los adquirimos o los utilizamos.
Hace algunos años aquí en La Paz, dos hermanos de apellido Salinas establecieron su centro operativo para surtir a toda la república mexicana de diversos productos que se podían adquirir vía telefónica y que se publicitaban a través de la pantalla chica, la TV.
El mayor porcentaje de esos productos era de muy ínfima calidad y cada vez más fue creciendo la inconformidad y las quejas de los consumidores.
La situación llegó a tal extremo que los hermanos tuvieron que cerrar la empresa y salir huyendo prácticamente del país.
Lo anterior viene a colación porque he visto con interés la publicidad que ahora hacen algunas empresas que venden productos de los llamados chatarra.
Resulta que, según están difundiendo en los medios masivos de comunicación, los productos que elaboran y que se consumen en las escuelas del país, están hechos de acuerdo a la norma que estableció la Secretaría de Educación Pública para propiciar una mejor alimentación en los educandos.
¿En verdad están elaborados en base a lo establecido por la SEP y la Secretaría de Salud del gobierno federal?
Por principio de cuentas, se trata de empresas poderosísimas en lo económico a grado tal que obligaron a que la guerra contra los productos chatarra naufragara y se acoplara a lo que ellos dictaron.
Si alguno de esos productos que ahora ofrecen como nutritivos y sujetos a las normas oficiales, fuera llevado al vecino país del norte para ser examinado y comprobar si es verdad lo que publicitan, estoy seguro que los resultados saldrían negativos.
A las grandes empresas no les conviene utilizar en los productos que comercian, los ingredientes nutritivos y suficientes para que sean realmente un apoyo en la alimentación de los niños y jóvenes que acuden a las escuelas.
De hacerlo, les resulta oneroso y afecta sus utilidades.
Y como no son ninguna institución caritativa sino empresas que buscan el lucro, pues por eso se resistieron a aceptar las medidas que originalmente se diseñaron para lograr erradicar de las escuelas los productos chatarra.
¿Podemos confiar en nuestros empresarios o en las grandes transnacionales que operan en México?
Hace unos meses me confío un experto que muchos de los productos que vende Farmacias Similares están elaborados con aserrín y excremento de gallinas.
Que es aquella fórmula que encontraron los que vieron en el polvo para las quemaduras que se hizo famoso en la década de los 80´s, llamado Tepezcohuite.
Como no estaba elaborado en base a la corteza del árbol que por primera vez lo logró el científico creador de ese polvo, empezó a provocar problemas a quienes lo utilizaban y desapareció prácticamente del mercado.
El gobierno federal en el actual sexenio tuvo en sus manos la oportunidad de lograr que los alumnos de las escuelas públicas consumieran productos que ya no los inflaran como sapitos, sino que los nutrieran y los hicieran más sanos.
¡Peroooooooooooooooooooooooooooooooooooo!
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx

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