“Aumentan niños fumadores”.
Es la cabeza de una nota que se publicó hace tiempo en un diario de circulación nacional.
La información dice que de acuerdo con la encuesta de Tabaquismo y Juventud en 21 ciudades capitales de México, el 19 por ciento de los adolescentes entre los 13 y los 15 años es fumador frecuente.
Y eso que desde hace ya varios meses los spots en radio y televisión relacionados con los cigarrillos, dejaron de salir al aire.
Se hace énfasis en que 80 mil adolescentes en el mundo se convierten en fumadores regulares cada día.
A pesar de que ahora se advierte en las cajetillas del riesgo que se corre al fumar.
Las estadísticas son preocupantes.
Las de las muertes a causa de los daños colaterales que conlleva el fumar, son espantosas.
Pero eso no parece preocupar a los jóvenes que para estar en la onda, aprenden a fumar a muy corta edad.
Un día me platicó un familiar que es doctor que asistió a la autopsia de un hombre de edad avanzada que fue atropellado allá en Ciudad Constitución.
Dijo que como no había consultas para él, que es ginecólogo, decidió observar cómo trabajaba el médico legista del Hospital General, a donde llevaron al atropellado para la autopsia de ley.
Cuando abrieron el estómago de aquel pobre hombre, se espantó de lo que le miró en sus entrañas:
Una especie de lama, como tizne y ollín, pero en abundancia.
“Parecía chacuaco de chimenea”, me dijo.
Curiosamente, no murió de un enfisema pulmonar, pero poco le faltaba.
En cambio a otro familiar, varón, que vive en Tijuana un día lo pasaron a cuchillo para operarlo y escuchó cuando los médicos que practicaban la operación se admiraron por lo “limpiecito” que estaba por dentro.
No fuma y prácticamente nunca ha consumido alcohol.
Pero dejar el cigarro, para los fumadores empedernidos no es cosa fácil.
Aun con todo y los adelantos que tiene la ciencia para lograrlo sin muchas complicaciones.
Recuerdo que un día que fuimos a las oficinas de la Procuraduría General de Justicia del Estado aquí en La Paz acompañando a nuestro entonces director en La Extra, don Daniel Roldán, le obsequió un chicle de esos que apenas estaban saliendo al mercado para dejar de fumar, al comandante Alarcón de la Policía Judicial, hoy Ministerial.
Al policía le llamó la atención aquel chicle tan raro y decidió probarlo.
A los pocos minutos de que empezó a masticarlo sintió ganas de vomitar y se fue corriendo al sanitario.
No se si él fumaba, pero si se sacó de onda. Ambos, ya fallecieron.
Todo esto viene a colación porque la Suprema Corte de Justicia declaró el pasado lunes, la constitucionalidad de la ley que prohíbe fumar en lugares cerrados allá en el Distrito Federal y que tanta polémica despertó desde que fue aprobada en el 2008 por la Asamblea Legislativa.
Algo que nos preocupa es la venta de cigarrillos a los menores de edad, lo que está prohibido y sin embargo, los comerciantes se las ingenian para no acatar la ley.
¿Hasta cuándo?
¡No lo se!
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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