Un día vino un turista norteamericano a Loreto, BCS y sus parientes le encargaron que tomara debida nota de lo que viera escuchara para que cuando regresara les platicara de las incidencias de su paseo por tierras sudcalifornianas.
Le dijeron que los mexicanos somos muy alegres y borloteros.
El turista se fue el último día de su estancia en aquella turística población, al muelle del lugar donde varios lugareños trataban de capturar algún pez con sus anzuelos y artes de pesca improvisados.
El gringo estuvo muy atento para escuchar lo que ellos decían.
De pronto uno dijo:
“Un chivo tiró un reparo y en el viento se detuvo, hay chivos que tienen madre, pero este ni madre tuvo”.
“¡Oh! ser, muy interesante, mi anotar esto”, dijo el extranjero.
Al día siguiente emprendió el regreso a su lugar de origen y cuando platicó sus vivencias en Loreto, dijo lo siguiente:
“En México no decir cosas alegres, decir cosas tristes”, dijo a sus familiares que en silencio esperaban escuchar todos los pormenores de aquellas vacaciones de verano.
Cuando dijo que aquí sólo decimos cosas tristes, todos le preguntaron ¿por qué?
Entonces contó:
“Yo ir al muelle de Loreto a escuchar plática de lugareños y escuchar lo siguiente:
“Un chivo tirar un reparo y el viento detenerse hay chivos que…!pobre chivito no tener mamá!, dijo rompiendo en sollozos.
Lo anterior viene a colación porque si ese chivo no tenía madre, aquí en México hay servidores públicos que no tienen progenitora.
Como es el caso de los que autorizaron la compra, por más de 10 millones de pesos de aparatos de los llamados glucómetros que sirven para medir la sangre de las personas, principalmente de los diabéticos y que en otros países generaron alertas sanitarias porque están defectuosos.
Al menos en España, Costa Rica y Estados Unidos, se demostró que los glucómetros que se compraron mediante la licitación 00637052-018-10, son riesgosos para la salud ya que pueden elevar falsamente los resultados de la glucosa, los cuales podrían ocultar una hipoglucemia significativa o provocar la administración excesiva de insulina, lo que puede causar daño severo o la muerte.
Además, la empresa que ganó la licitación y la que si se le escarba poquito saldrá a relucir que uno de sus socios principales es un funcionario federal o pariente de estos, es Sistemas Integrales de Laboratorios Medis, S.A. de CV ofreció un sobreprecio pues los cotizó a 225.10 pesos cada aparato y ese fue el precio más alto de las empresas participantes.
No es la primera vez que algo similar ocurre en este país.
Hace años aquellos frijoles destinados a los puercos traídos de China y la leche contaminada con radioactividad que se trajo de Irlanda.
La leche Betty, que promovieron los legisladores perredistas de la Asamblea del DF y que contenía heces fecales.
Según trascendió, ante la denuncia que se hizo pública sobre este caso de los glucómetros se espera que se investigue y se castigue a los culpables.
Por desgracia, no pasara de un jalón de orejas y todos felices y contentos, aunque la vida de miles de personas se ponga en riesgo y eso si que es no tener madre, como el chivito aquel…
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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