¿Se acuerda usted de Juanito, aquel personaje-Frankesteiniano que creo de la noche a la mañana, Andrés López hace ya casi 2 años?
Rafael Acosta Angeles, que ese es el verdadero nombre de este singular personaje de la picaresca mexicana, reapareció en la reunión del Consejo Político Nacional que el Partido Revolucionario Institucional celebró el pasado 4 de marzo allá en la ciudad de Querétaro y en la que mi tocayo Humberto Moreira Valdez protestó como nuevo mandamás del CEN del PRI.
Allí andaba Juanito muy quitado de la pena y ahora con una bincha –la que utilizan en la cabeza las mueres de Argentina- tricolor. La negoramarilla o la roja que utilizaba cuando estaba cercano a Andrés López, quedaron en el arcón de los recuerdos.
Ese día, Juanito presumió una bincha tricolor y un enorme gafete con la leyenda Invitado Especial.
Es más, se dio el lujo de declarar a los representantes de los medios informativos que lo entrevistaron que para las elecciones del 2012, él le sumará unos 20 millones de votos al PRI.
Si es así, Enrique Peña Nieto o cualesquier otro aspirante del Revolucionario Institucional tienen nada que hacer al lado de Juanito.
Pero si don Fidel Velázquez le prometió 10 millones de votos al PRI que postuló a Carlos Salinas en 1988 como su candidato presidencial y no cumplió, ¿Cómo logrará este nativo de Iztapalapa allá en el Distrito Federal, lograr tantos millones de sufragios?
Como dice el dicho, en esta expresión son más las echadas que las ponedoras.
Obviamente que Juanito debió haber fanfarroneado muy a su peculiar estilo de decir las cosas y con ese tiplecito de voz tan propio de los habitantes de la capirucha.
Eso sí, no hay que olvidar que Juanito ganó legalmente la elección para delegado político de Iztapalapa en aquella elección del 5 de julio del 2009.
Habría que desmenuzar lo sucedido para tratar de entender el fenómeno y cuáles fueron en realidad los factores que llevaron a este personaje de barriada a convertirse en una autoridad con todas las de la ley.
Pero, según Andrés López, Juanito faltó a su palabra pues una vez que le entregaron su constancia de mayoría que le acreditaba como el flamante delegado político de Iztapalapa para el trienio 2009-2012, ya no quiso cederle el asiento de su oficina a la combativa lideresa social Clara Brugada, quien aspiró a la candidatura para delegada pero por marrullerías y chicanadas legaloides no lo logró y se quedó chiflando en la loma.
El resto de la historia ya es conocida.
¿Necesita el PRI de personajes como Juanito para regresar a Los Pinos y al Palacio Nacional en el 2012?
Si nos atenemos a los números que arrojan las encuestas sobre las preferencias electorales, diríamos que no.
Aunque figuras como Juanito, nunca han dejado de existir en ese partido.
Cierto que en este caso se trata de un personaje cien por cien mediático, pero no deja de ser un ingrediente que le da sabor al caldo.
Total, como diría algún clásico, ¡qué tanto es tantito!
La lectura es vida, lo demás…es de lo menos…hzr@prodigy.net.mx
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