“Si tú fueras el presidente de México, en lugar de Felipe Calderón ¿Qué habrías hecho con relación al problema del crimen organizado? ¿Enfrentarías al narcotráfico o dejarías que siguiera como antes?”.
Difícil dar respuesta a las interrogantes, que me hizo un amigo la semana pasada, al salir a relucir lo que está ocurriendo en el país y lo que a su vez les comentó un vecino que llegó a La Paz, huyendo de la violencia generada por el narcotráfico en Mazatlán, Sinaloa.
Y decidí abordar de nuevo el tema en este modesto espacio, luego de ver el domingo pasado la impactante imagen fotográfica de una mujer que murió acribillada allá en Acapulco, Guerrero cuando intentaba cubrir a dos de sus sobrinos de una balacera que se desató entre dos grupos de sicarios.
Según la información, algunos de los rijosos que se enfrentaban a tiros buscaron refugio en la humilde vivienda de esa mujer de nombre Carmela Benítez Mejía quien ante lo sucedido trató de proteger a dos de sus nietos, pero fue alcanzada por las balas que impactaron su cuerpo y los de los pequeños y las que dejaron una estela de cicatrices en las paredes de la casa.
Tres víctimas colaterales más de esta guerra entre cárteles de las drogas y del combate frontal que desde que tomó posesión de su cargo como presidente de la república, ha emprendido el presidente Felipe Calderón.
También recordé que hace unos días, el pasado 19 de marzo, se cumplió el aniversario de la muerte de dos estudiantes de Postgrado del Tecnológico de Monterrey, ocurrida durante un enfrentamiento de soldados del Ejército Mexicano con integrantes del crimen organizado.
Yo hice una crónica-reportaje del sepelio del joven Javier Francisco Arredondo Verdugo, quien fue sepultado días después en natal Todos Santos, donde su padre me dijo que no temía aliento para condenar a los que causaron la muerte de su estudioso hijo y que le pedía a Dios que los perdonara.
“Tengo problemas con la azúcar y no quiero enfermarme más, condenando a los culpables de la muerte de mi hijo”, me expresó el señor Arredondo.
De los más de 35 mil muertos que ha generado la guerra contra el narcotráfico y en general contra el crimen organizado en el sexenio del presidente Calderón, un número importante de los fallecidos son personas que ni la debían ni la temían pero para su desgracia estuvieron en el lugar equivocado y a la hora equivocada.
La imagen que publicó el diario de circulación nacional sobre la muerte de la humilde mujer de Acapulco y sus nietos, es terriblemente cruda y dramática, pero desnuda lo que está sucediendo con la guerra contra el narco.
Dijo el presidente Calderón y lo ha reiterado en algunos de sus discursos, que en esta guerra habría muertos y no se ha equivocado.
No sé, si yo siendo presidente hubiera hecho lo mismo que Felipe Calderón con respecto al problema del narcotráfico en México. El asunto es complejo. La respuesta no es fácil.
Y lo único que duele, es que personas inocentes pierdan de esa manera la vida.
Y usted ¿qué haría?
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@pdrogiy.net.mx
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