domingo, 3 de abril de 2011

Temas y...los dos hermanos

Los apellidos son los mismos:
Covarrubias Villaseñor.
La diferencia es el nombre:
Ricardo, se llamaba uno, Marcos Alberto, se llama el otro.
El primero pudo haber llegado en 1999 al cargo de gobernador.
El segundo lo logró 12 años después y mañana se convierte en el séptimo gobernador constitucional del estado de Baja California Sur.
¿De verdad Ricardo Covarrubias Villaseñor habría llegado a la gubernatura en 1999?
Honestamente, no lo sé.
Pero de que sus probabilidades eran muy altas, ni quien lo dude.
Es cierto que Ricardo El chato Covarrubias no ostentaba un pedigree político de alto nivel, pues apenas había sido presidente municipal de Comondú, pero su popularidad, su carisma y su don de gentes lo catapultaban a la cúspide del ánimo popular y ello bien pudo haber compensado el hecho de que no tenía una currícula llena de cargos políticos de primer nivel.
Otros que sí lo tienen y que pudieron haber llegado a la gubernatura de Baja California Sur aún no lo han conseguido, como Antonio Benjamín Manríquez Guluarte o Mario Vargas Aguiar, algunos más se quedaron ya prácticamente sin oportunidad como José Antonio Valdivia y Armando Trasviña Taylor y otros como Raúl Carrillo Silva y Marcelo Rubio Ruiz, la muerte no se los permitió, aunque en el caso del doctor Carrillo, ni siquiera pudo ser alcalde de La Paz en 1990 pues le ganó Adán Ruffo Velarde.
Leonel Cota Montaño y Narciso Agúndez Montaño sólo habían ocupado los cargos de presidentes municipales, el primero de La Paz, el segundo de Los Cabos y una diputación federal cuando alcanzaron la gubernatura.
Ricardo buscaba una candidatura a diputado federal para 1997 y consideraba que esa sería su plataforma para buscar la candidatura a la gubernatura en 1999, pero la muerte lo sorprendió el 27 julio de 1995 y no pudo lograr su sueño.
Primero, había soñado con ser alcalde de Comondú al que amaba entrañablemente y para hacer realidad ese sueño contribuí con mi granito de arena.
Recuerdo cuando en el patio del hotel Calafia de esta ciudad capital, en un tono de desesperación El Chato me dijo que Guillermo Mercado Romero, quien a la sazón era presidente del Tribunal Superior de Justicia, no lo había querido apoyar para ser el candidato del PRI a la presidencia municipal de Comondú, argumentando que no se quería enfrentar al gobernador Víctor Manuel Liceaga Ruibal quien no quería a Ricardo por su cercanía con Alberto Alvarado.
“Tengo una solución para que puedas entrar a la disputa por la candidatura”, le dije.
Y fue tan efectiva la solución que finalmente, abrió la puerta para que Ricardo fuera considerado precandidato, pero a mí me costó que perdiera mi puesto en el periódico La Extra de mi estimado compadre Daniel Roldán Zimbrón. Algún día contaré la historia completa.
Ahora pienso que ese sueño de Ricardo Covarrubias de ser gobernador, a partir de mañana se hará realidad en la figura de su hermano, Marcos Alberto, quien, precisamente, se proyectó a la candidatura para gobernador siendo diputado federal.
Por eso, un día hace 4 años, le dije a Marcos que olía a gobernador. Y no me equivoqué.
Espero que sepa cumplir cabalmente esa responsabilidad para bien de la sociedad sudcaliforniana.
Todo es cuestión de voluntad y él lo sabe.
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx

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