“Quiero llegar a verlos realizados y felices, pero estando bien físicamente. No le temo a la muerte, pero sí a una enfermedad. Me horroriza la idea de tener que depender de la gente y estar sujeta a lo que ellos me quieran o puedan dar. Me dolería mucho convertirme en una persona impotente e incapaz de valerme por mi misma”.
Estas proféticas palabras fueron expresadas por la cantante y actriz chihuahuense Lucha Villa durante una entrevista que le hizo hace algunos ayeres, la periodista mexicana Claudia Icaza.
En esa época, La Grandota de Chihuahua, como también se le conocía a Lucha Villa, estaba en su apogeo como artista.
Fama y dinero, tocaban a su puerta constantemente.
Era de las cantantes de ranchero mejor cotizadas.
Jamás pensó que pasados unos años, aquello que ella más temía, se hizo una triste realidad.
Y lo peor de todo es que teniendo dinero suficiente, no le alcanzaba para superar su tragedia luego de que le practicaron aquella operación de liposucción para quitarle unos kilitos de más, pero que algo falló y salió del quirófano convertida, prácticamente, en un ser inanimado.
Hace unos años, las autoridades estatales de Chihuahua le hicieron un homenaje y al ver el reportaje que se realizó para la TV de ese acontecimiento, pude apreciar que lo que ella más temía, llegar a ser una persona impotente e incapaz e valerse por sí misma, se había cumplido, para su desgracia y la de sus seres queridos.
¿Cuánto daría Lucha Villa por regresar el reloj del tiempo?
Eso ya no es posible, y de hecho nunca lo ha sido.
Obvio que no sería la única que lo intentara.
Pero el medio artístico es muy exigente en cuanto a la imagen de quienes viven dentro de ese círculo.
Sobre todo desde que se inventó la televisión.
Por eso entendería el que Lucha Villa corriera el riesgo de quedar en las condiciones en que ahora se encuentra, con tal de mejorar su figura y de seguir proyectándose como una mujer atractiva y joven.
¿Pero en verdad vale la pena correr ese riesgo?
Los seres humanos por lo general somos inconformes con lo que la naturaleza nos ha dotado.
Y en la búsqueda de paliar los defectos que pudiéramos tener, no nos importa lo que pueda pasar después.
No sé qué piense la cantante Alejandra Guzmán quien también hace unos meses se vio involucrada en un problema un tanto similar al de Lucha Villa, aunque con menores consecuencias para su integridad física.
La Guzmán, como la Villa estuvieron a punto de perder la vida.
Y no sólo ellas, sino otras figuras del medio artístico, como Merle Uribe, Luis de Alba y Lucila Mariscal, entre otras, también se vieron en problemas serios de salud luego de someterse a operaciones para mejorar su aspecto físico.
¿Cuántos casos más como el de ellos y ellas, veremos en el futuro?
Es difícil saberlo, claro.
Por lo pronto, yo les recuerdo que como dijo el pensador universal, la belleza física es como las cajas de cartón: con el tiempo se arruga y se echa a perder…
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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