domingo, 26 de junio de 2011

Temas y...los abogados y el diablo

-M´ijo, se que vas muy bien en la escuela y quiero preguntarte algo.
-Dime madre.
-Qué quieres ser cuando seas grande?
Seguro de si mismo, Gustavo Salazar Pineda respondió sin rodeos:
-Voy a ser abogado.
La madre de Salazar se quedó callada unos segundos, pero no pudo soportar el silencio y un poco perturbada comentó:
-M´ijo, los abogados no se salvan…Y se van para el infierno.
Este diálogo viene en la página 37 del libro Los Narcoabogados del periodista Ricardo Ravelo.
Gustavo Salazar Pineda es uno de los protagonistas con los que inicia el libro y se identifica como un exitoso abogado hoy de 52 años de edad habiéndose significado en su natal Medellín en Colombia, como uno de los defensores de personajes relacionados con el narcotráfico habiendo desahogado unos 500 juicios.
Su nivel de vida dio un giro de 180 grados cuando empezó a llevar los primeros casos.
Igual que sucede en nuestro país con quienes defienden a los narcos.
Aunque a veces, a los abogados les cuesta la vida.
Con relativa frecuencia los medios informativos dan cuenta de ello.
El diálogo de Gustavo con su madre cuando era un estudiante de secundaria, me dio la idea para elaborar el tema de este día.
Desde que un servidor tenía la edad de Gustavo, empecé a escuchar lo que la madre de este le advirtió: que los abogados se van al infierno.
Incluso la frase abogado del diablo, es muy común en nuestro país.
Y una de las profesiones más estigmatizadas es precisamente la del licenciado en leyes.
¡Claro que no es gratuito!
A ello han contribuido decenas, cientos de abogados con su actuación.
Se podría elaborar una larga lista de casos en los que muchos ciudadanos han sido víctimas de una mala jugada a cargo de un abogado.
Por eso dicen que son como los plátanos: no hay uno sólo que sea derecho.
Tengo muchos amigos que son abogados.
Y ciertamente, los hay de dulce, de chile y de manteca.
Para ellos mi respeto.
Algunos son muy honorables.
Por desgracia son como las perlas: escasos.
Otros son unos verdaderos maestros del engaño y la simulación.
Por un mal elemento la pagan todos.
En México matas un perro y te llamarán mataperros toda la vida.
¿En realidad, todos los abogados se irán al infierno?
No lo sé.
Sin embargo lea lo siguiente:
Un día recorriendo los límites del cielo, San Pedro se dio cuenta que había un problema: Los límites del infierno habían penetrado varios kilómetros en los del cielo y eso molestó al encargado de abrir sus puertas.
Sumamente molesto le llamó por celular a Lucifer.
En tono airado le reclamó que se estuviera apropiando indebidamente de terrenos del cielo y lo amenazó con llevarlo a tribunales mediante un buen abogado.
Lucifer soltó una estridente carcajada que se escuchó hasta el último rincón del cielo.
“Ya estuvo que perdiste el pleito”, le dijo Satán a San Pedro. “¿Por qué?”, le preguntó.
“Porque en el cielo no hay un solo abogado. ¡Acá están todos conmigo..!”
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx

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