Otra vez la burra al trigo.
Ya se preveía que, dada la polarización que está generando el inminente proceso electoral del 2012, podría haber fuertes disputas políticas por el asunto del presupuesto federal para ese año.
El gobierno de Felipe Calderón, por un lado, trata de amarrarles las manos y estrangular económicamente a los gobernadores de los estados, obviamente a los de oposición, en este caso PRI y PRD para que no tengan recursos financieros para apoyar las campañas políticas que se avecinan.
El argumento que ha esgrimido el gobierno federal, a través de la Secretaría de Hacienda a cargo de Ernesto Cordero, quien se siente muy a gusto con las dos cachuchas que utiliza, la de servidor público y la de aspirante a la candidatura del PAN para presidente de la república, es que la deuda pública de los estados es enorme y que hay mucha opacidad en al manejo de los dineros que el erario federal les hace llegar a los mandatarios estatales.
Los gobernadores a su vez argumentan que no les entregan de manera oportuna las participaciones que les corresponden y que ello los obliga al endeudamiento para mantener la gobernabilidad en sus respectivos estados.
Los gobernadores del PRI, a través de la dirigencia nacional que encabeza Humberto Moreira, ya acusó recibo de la estrategia del gobierno calderonista y ha dicho que no va a permitir que se les regateen los recursos presupuestales para el próximo año.
No hay que perder de vista que el tricolor tiene mayoría de diputados, junto con el Partido Verde Ecologista de México y que de esa manera ellos pueden tener la última palabra en torno a los montos que serían asignados en el presupuesto que el presidente Felipe Calderón envíe a la Cámara de Diputados, en los primeros días de septiembre próximo.
El problema es que esa polarización de posturas a nadie beneficia.
Lo que México requiere en estos momentos de crisis financiera internacional, es sumar esfuerzos y hacer a un lado diferencias ideológicas para jalar todos parejos hacia un mismo objetivo: evitar que salgamos lo menos raspados posible, de esta nueva amenaza económica que está vulnerando países más consolidados, en todos los sentidos, que el nuestro.
Aquí lo que importa es México y primero debe ser México.
La triste realidad es que no lo hemos entendido así pese a que nuestro lema como nación es, Estados Unidos Mexicanos.
Llevamos ya más de 200 años sin que podamos ponernos de acuerdo, todos y seguimos divididos en bandos que parecen irreconciliables.
Pintos contra colorados, liberales contra conservadores.
Si vamos a hablar de gastos indebidos y presupuestos mal aplicados, no hay quien se salve.
Tanto en el gobierno federal, como en el del DF y los estados ocurre, así sean del PRI, del PRD o del PAN.
Que haya un control más estricto de los recursos financieros que son públicos y que provienen de nuestros impuestos, es deseable.
Pero que no por cuestiones de diferencias políticas y por coyunturas electorales como en la que estamos inmersos, ocurran estas cosas.
Sí, al reparto equitativo, de los recursos del erario.
Sí, a la revisión de cómo estos son aplicados.
Pero ¡NO!, a las disputas estériles que a todos nos perjudican.
¿No cree usted?
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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