Comparto la opinión de que es mejor utilizar votos que balas para dirimir diferencias ideológicas y políticas.
Bien lo dijo Mao Tse Tung: la política es una guerra sin balas; la guerra, es una política ensangrentada.
Pero cuando veo el presupuesto que la burocracia del Instituto Federal Electoral quiere devorar para el 2012, me espanto: ¡más de 15 mil millones de pesos!
Claro que hay que desmenuzar ese estratosférico presupuesto, pues mientras que para los partidos políticos se destinarán 5 mil 295 millones de pesos, el IFE se gastará únicamente 5 mil 722 millones de pesos, del que el 70 por ciento se destina al pago de sueldos de sus directivos y empelados.
El resto, es decir los otros 4 mil 91 millones de pesos serán para el proceso electoral del 2012.
Y a lo mejor, a algunos les parecerá una cantidad irrisoria si se piensa en que es mejor gastar en la democracia que vivir en la dictadura.
Pero para un país como el nuestro en el que, según se acaba de divulgar la semana pasada, andamos arañando ya, los 60 millones de pobres, me parece demasiado gasto.
Y no sólo por lo elevado del monto presupuestal sino porque mucho de ese dinero va a parar a las cuentas personales de quienes llevan las riendas del Instituto Federal Electoral y de los dirigentes de los partidos políticos.
Basta con revisar lo ocurrido desde que el IFE fue creado.
De los casos más recientes de corrupción al interior del IFE está el del ex director ejecutivo de Administración, Fernando Santos Madrigal a quien la Contraloría Interna del organismo acreditó que aplicó, de manera irregular, 27 millones 400 mil pesos.
Según la denuncia de Gregorio Guerrero, el contralor general del IFE, Santos Madrigal sólo tenía autorización para destinar recursos económicos para el arrendamiento, conservación y mantenimiento d inmuebles, hasta 500 mil pesos en adecuaciones de ese tipo.
Pero Santos Madrigal solicitó 21 millones 300 mil pesos para contratar trabajos diversos y 6 millones 100 mil pesos más para la instalación de una red de voz e instalación del centro de cómputo del IFE.
El Consejo General del IFE, consideró que Fernando Santos Madrigal no había cometido ilícito alguno porque sólo atendió lo que ellos le indicaron con respecto al equipo de cómputo que sirve para monitorear los medios electrónicos y archivaron el expediente.
Otros casos denunciados por el propio contralor general del IFE y que han provocado polémica se han minimizado y !tutti contentti, tutti felice.
Es más, ese presupuesto de 15 mil millones y pico de pesos que se van a gastar para el próximo año, equivalen a poco menos del 50 por ciento de los recursos que se han otorgado a los partidos políticos como prerrogativas, desde que fueron declaradas entidades de carácter público.
Mucho se ha hablado de la necesidad de reducir los altos costos de los procesos electorales y de los enormes recursos que se destinan a los partidos políticos, pero la única manera de que cambien las cosas es a través del Congreso de la Unión.
Por desgracia, los que cobran y ganan también enormes cantidades de dinero en ese cuerpo colegiado, están allí, si legitimados por el voto, pero propuestos por los partidos políticos y no van a actuar, nunca, como Frankestein, en contra de sus impulsores.
Ese es un saldo negativo de la partidocracia.
Así es que a los pobres mortales, nos seguirán partiendo la mandarina en gajos.
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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