Aun cuando no siempre estoy de acuerdo en las posturas que asumen-¿por qué ninguna organización ambientalista protestó cuando la empresa que desarrolla Costa Baja dinamitó parte del paisaje para llevar a cabo su proyecto turístico?- creo que por sentido común debemos defender la conservación de nuestros recursos naturales, pero nunca por sistema o por apariencias, sino porque realmente estamos conscientes y plenamente convencidos de que nos asiste la razón.
Lo anterior viene a colación porque leo un boletín que difundió el fin de semana pasado, el grupo conCIENCIA México, en el que dan a conocer que el pasado 24 de septiembre algunos de sus integrantes encontraron dañada la escultura que representaba un tiburón ballena de 10 metros de largo y relleno de botellas de plástico que aportaron alumnos de diversas instituciones educativas con el fin de concientizarlos sobre este majestuoso ejemplar del mar que visita la hermosa bahía de La Paz.
Manos criminales provocaron los destrozos.
Me uno a la indignación de los integrantes de conCIENCIA México por estos hechos vandálicos que no deberían ocurrir pero que nos muestran que hay personas insensibles y de malas entrañas en este mundo.
Quiero pensar que tal vez fue bajo el influjo de la ingesta de una bebida espirituosa o el consumo de algún producto sicotrópico, que quienes hicieron esos destrozos actuaron así.
Pero haiga sido como haiga sido, como diría el Preciso, lo lamentable es el hecho y eso es reprobable aquí y en China.
Lo peor de todo es que, según relatan en ese comunicado los directivos de conCIENCIA México, La zona de El Conchalito aquí en La Paz, que había quedado prácticamente libre de basura por la acción de este y otros grupos ecologistas, hoy de nuevo está llena de llantas usadas, plásticos, ramas, desechos de materiales de construcción, envases de cerveza, colillas de cigarro, etcétera.
No es posible que hagamos conciencia de la importancia de mantener esos lugares limpios y agradables a la vista de propios y extraños.
Aquí creo que hace falta mayor energía de parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno para evitar que esto suceda.
Ya decía en este espacio hace unos días que más tardan los elementos de Protección Civil en limpiar los cauces de los arroyos cercanos o que pasan por esta ciudad capital, que la gente sin escrúpulos en llenarlos otra vez de basura diversa.
Lo lamentable es que muchas veces es la complicidad o la tolerancia de parte de las autoridades la que permite esas conductas reprobables.
Ese mismo día que daba lectura al boletín de conCIENCIA México, leí una información en un diario de circulación nacional que daba cuenta de que por trapacerías de quienes fungieron como delegados de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales y de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente en Campeche, se provocaron serios daños a la zona selvática de aquella región del país.
El problema es que en lugar de castigarlos, se les premia. El ex delegado de la Semarnat en la entidad campechana, es ahora el actual secretario estatal de Salud y el ex delegado de la Profepa fue candidato a alcalde de la capital, Campeche.
Contra estas complicidades no se puede.
¿O usted cree que sí?
La lectura es vida, lo demás…es de lo menos…hzr@prodigy.net.mx
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