domingo, 6 de noviembre de 2011

Temas y...las buenas intenciones

El pasado 23 de octubre, el presidente Felipe Calderón decretó la nueva Ley de Guarderías también llamada ley 5 de junio en memoria de los 49 niños y niñas que fallecieron trágicamente aquel 5 de junio del 2009 en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora.


Se cree que con las medidas que contempla esta normatividad, las guarderías que operan en todo el país lo harán con una mayor protección para quienes asisten a ellas.

“Se establecen las condiciones esenciales de protección civil, que deberán cumplir los Centros de Atención y Desarrollo Integral; se contemplan aspectos fundamentales, como la necesidad de que cada centro cuente con un programa de protección civil; se señala a de la misma forma, las medidas de seguridad que deberán cumplirse, tanto en las instalaciones, como en la capacitación, por ejemplo, que deberán recibir quienes presten allí sus servicios o laboren en esos centros”, dice un párrafo de la nueva Ley de Guarderías.

Sin embargo, yo insisto en que no es tanto el hecho de que se creen nuevas leyes o normatividades para la operación de las guarderías, sino que se respeten las normas que ya existen y que, por desgracia, no se acatan.

Allí está, desde luego, el propio trágico suceso de la guardería ABC de Hermosillo, pero también el de una de las tiendas de Coppel en Culiacán, donde murieron varias empleadas porque las medidas de seguridad que debería contemplar el edificio no se cumplieron.

Y más recientemente, el caso del hotel Casino Royale de Monterrey, Nuevo León, donde fallecieron de manera trágica 52 personas en agosto pasado.

Y si nos vamos más atrás allí está lo de la tragedia de San Juanico en 1984 en el estado de México donde explotaron unos depósitos de gas y lo ocurrido cuando el terremoto del 85 en el Distrito Federal, donde el 85 por ciento de los edificios que se derrumbaron, fueron mal construidos por el gobierno: instituciones educativas, hospitales, etcétera.

Lo que necesita combatirse es la corrupción y la impunidad.

Porque en las tragedias de la guardería ABC, de la tienda Coppel, la de San Juanico, etcétera, estuvieron presentes las prácticas corruptas y la impunidad.

Esas son las que hay que combatir, más que crear nuevas leyes.

Allí está la clave.

El problema en este país no es tanto de falta de leyes, sino de la aplicación correcta de las mismas y desde luego su actualización.

Los responsables de la aplicación de las leyes o de su normatividad, se hacen de la vista gorda cuando hay un billete de por medio.

El propietario de una negociación que requiere de ser inspeccionada considera que de esa manera se ahorra un dinero, pero no dimensiona la tragedia que pueda causar con su actitud.

Bienvenida la llamada ley 5 de junio.

Sin duda, es una muestra de las buenas intenciones que tiene el señor presidente de la república para evitar en el futuro, tragedias como la de la guardería ABC.

Aunque de buenas intenciones está empedrado el infierno.

Comparto el optimismo de los padres de los niños que allí perdieron la vida y que lucharon porque se les hiciera justicia, al saber de esta nueva normatividad, pero al mismo tiempo albergo mis dudas de que si con ello será suficiente para que no haya más pérdidas de vidas inocentes.

¿O usted qué opina?

La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx



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