No tiene la culpa el indio sino el que lo hace compadre.
Desde luego que la mayoría de los mexicanos y mexicanas de este país no hemos hecho compadres a alguno o algunos de los legisladores federales.
Pero también tenemos mucha culpa.
Por permitir que ellos sigan perdiendo el tiempo en ambas cámaras del Congreso de la Unión y que el país se mantenga estancado en rubros que son vitales para consolidar su desarrollo.
No faltara quien diga que sí trabajan.
Que allí están las iniciativas que en lo que va de la actual LXI legislatura federal se han aprobado.
Pero muchas otras no.
Y sobre todo las que se relacionan con las reformas estructurales que le urgen a México.
No es posible que sigamos dependiendo de leyes obsoletas.
Allí tenemos por ejemplo, la de los Juegos y Sorteos que data desde hace ¡64 años!.
O la del Instituto Nacional de Antropología e Historia, el INAH que data de ¡1968!
Ruddy Laddaga –es nombre real no ficticio- perdió en los últimos años 7 millones de pesos realizando trámites ante el INAH y otras dependencias gubernamentales para echar a volar un proyecto turístico virtual.
Así andan de mal las cosas.
La de la Ley de Imprenta que se promulgó en 1917 y que desde entonces ha estado prácticamente intocada.
Una información que se generó hace unos días da cuenta de que en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión que se le dio carpetazo definitivo a poco más de 4 mil iniciativas que estaban allí congeladas y que datan desde 1997.
Ese simple dato, nos revela que nuestros legisladores y legisladoras federales no trabajan de tiempo completo en su responsabilidad.
Que les vale madre lo que pase a este país al fin y al cabo ellos cobran puntualmente su dieta y demás prebendas de las que gozan y de las que carecemos millones y millones de ciudadanos inermes.
Esos 60 millones de pobre que figuran en las estadísticas socioeconómicas del mundo, son una muestra clara de que el Congreso de la Unión no ha dado los resultados que se esperan de ese cuerpo colegiado.
¿Qué se requiere?
Tal vez que a las dos cámaras del mismo vayan ciudadanas y ciudadanos realmente comprometidos con las causas del pueblo y que se dediquen a hacer trabajo legislativo, no turismo legislativo y de plano, grilla.
El tiempo sigue transcurriendo, las necesidades del país siguen creciendo y no nos estamos colocando a la altura de las circunstancias.
Ello conlleva un riesgo.
El del estallido social, que nadie queremos pero que, como bien lo señaló hace unos días, la OCDE, está latente en México.
¿Hasta cuándo?
Usted tiene la respuesta.
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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