martes, 17 de enero de 2012

Temas y...¿nosotros qué?

Cuando el ex presidente de Brasil, Luiz Inacio Da Silva, mejor conocido como Lula, estuvo de visita en Querétaro en un foro internacional, habló de las estrategias que implemento durante su mandato de gobierno en esa nación sudamericana para llevarla a donde actualmente se encuentra: una de las más importantes economías del mundo que está a punto de desplazar a Inglaterra.



Dijo Lula que recibió muchas críticas y advertencias para que no incrementara los salarios porque eso era inflacionario y perjudicaría más que beneficiar a la economía brasileña.


Pero el líder brasileño no hizo caso y otorgó aumentos salariales que en forma global alcanzaron un 70 por ciento en los dos periodos en los que fungió como presidente de ese país.


También llevó la energía eléctrica a cientos de comunidades que no disponían de este servicio y logró que todas las familias beneficiadas, ya con el beneficio de un mejor salario, pudieran comprar diversos aparatos electrodomésticos lo que a su vez reactivó el mercado interno y consolidó la economía brasilera.


Otro logro importante de Lula fue el reposicionamiento de la industria petrolera de Brasil a través de la empresa Petrobras que se abrió a la inversión privada y también consolidó la industria aeroespacial.


Aquí en México, desde que se adoptó el modelo neoliberal, se ha argumentado que incrementar los salarios incrementa la inflación y que por ello es tan marginal el aumento anual que se da a los mínimos o salarios generales.


Lo que sucedió es que dados los índices inflacionarios que alcanzó el país entre los gobiernos de José López Portillo y Miguel de la Madrid, el combatir a toda costa ese fenómeno se convirtió en eje prioritario de la política económica.


Así las cosas, seguimos dependiendo de las ventas petroleras al exterior y de las exportaciones, en lugar de que se reactivara el consumo doméstico y se detonara el crecimiento industrial y económico de todo el país.


¿Por qué aquí no se hace lo que en su momento hizo Lula en su país?


Porque aquí nos dedicamos a hacer política y más que eso, grilla.


Antes del fin de año, los diputados federales destinaron una partida por 10 mil millones de pesos en el presupuesto del gobierno de Felipe Calderón, para paliar los efectos de la sequía que ha afectado a unos 20 estados.


Como estamos en un año electoral, el presidente dijo que nanay con esos recursos y allá en mi tierra, Durango, manifestó que su gobierno no los tiene y que en lugar de ello modificaría las reglas del Fondo Nacional para Desastres Naturales, el Fonden, en el que se incluiría otorgar recursos económicos para el campo mexicano siniestrado por la sequía y no solamente por el exceso de lluvias como veía ocurriendo hasta el año anterior.


¿De verdad los legisladores federales determinaron esa partida para la sequía o para destinarlos a respaldar campañas electorales?


Es probable que en el fondo, el presidente tenga algo de razón en su argumento de que más que la sequía a los legisladores federales les inquietaba la sequía de votos, pero lo que no puede negarse es que el problema está allí y todavía no hemos visto sus repercusiones reales.


Eso, vendrá en los próximos meses cuando empiecen a escasear los granos básicos y otros productos que no se lograron por falta de lluvias.


Y si a eso le sumamos todo lo que nos espera derivado del desbarajuste económico y financiero mundial que hoy aqueja a la humanidad, pues que ¡Dios nos agarre confesados!


La lectura es vida…lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx






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