domingo, 26 de febrero de 2012

Temas y...si hubiera...

El hubiera no existe, es verdad.



Pero a veces nos vemos obligados a preguntarnos qué habría pasado si hubiera o no ocurrido tal suceso.


Por ello, hoy me pregunto: ¿qué hubiera pasado si Andrés López no hubiera asumido la actitud que asumió luego de que no ganó la presidencia de la república aquel 2 de julio del 2006 y que la reforzó dos meses después cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dio su fallo favorable a Felipe Calderón como el ganador absoluto de esa contienda por la presidencia de la república?


Si Andrés López hubiera adoptado una estrategia distinta a la que tomó ¿estaría hoy arriba en las encuestas en la lucha por la presidencia de la república para el periodo 2012-2018?


Yo siempre he creído que el controvertido tabasqueño debió de haber optado mejor por mostrarse respetuoso de las leyes, aun con todo y que no estuviera convencido de que se actúo estrictamente apegado a derecho.


Y es que, precisamente, la actitud que asumió, con todo y que él ahora diga que lo hizo para evitar posibles baños de sangre, le dio la razón a quienes promovieron que su candidatura presidencial era un peligro para México.


El plantón de reforma y las constantes amenazas de toma de aeropuertos, casetas de cobro de carreteras federales, de instalaciones estratégicas y de oficinas gubernamentales, mandó una muy mala señal para la sociedad mexicana que no es proclive a la violencia y si no, habría que revisar los episodios conflictivos que ha vivido el país al respecto.


Andrés, debió haber dicho en aquel momento en que el TEPJF emitió su fallo dándole el triunfo electoral a Felipe Calderón, que él era respetuoso de las leyes y que si bien no estuvo conforme con el resultado del 2 de julio de aquel 2006, la decisión del órgano colegiado, última instancia para exigir justicia electoral, era respetable.


Y desde aquel momento, decirle a la ciudadanía en general que se mantendría en la lucha legal y permitida para buscar de nuevo otra oportunidad en el 2012, pero no lo hizo.


Prefirió amagar con la táctica que ya había aplicado en aquellas tomas de pozos petroleros en su estado natal después de las elecciones de 1991 y las de 1994 y luego ordenó que los legisladores que habían ganado el 2 de julio abanderados por el PRD-PT y Convergencia evitaran a toda costa que Felipe Calderón tomara posesión como presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.


Todo esto contribuyó a proyectar una imagen muy negativa de Andrés como político y eso se ha visto reflejado en las encuestas, aunque en los últimos días ha logrado revertir las cifras.


Ahora, en busca de la presidencia de la república para los próximos seis años, ha desplegado una táctica totalmente opuesta a la del pasado: la de lo que él denomina la república amorosa.


El discurso tiene un mensaje totalmente alejado de la violencia y cargado de amistad y buenos sentimientos. El problema, es convencer a la sociedad mexicana de que realmente ha cambiado.


Porque, si como lo dijo aquí en La Paz en una entrevista banquetera que le dijeron que ya no dijera la mafia que le robó la presidencia y otros adjetivos calificativos más cargados de negatividad, pues entonces será difícil creerle que sí es otro Andrés López el que quiere convertirse en sucesor de Felipe Calderón.


Hace unos días me dijo una doctora del ISSSTE que ella no le creía nada, en absoluto, a Andrés. ¿Cuántas personas pensarán igual?


La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx






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