Ahora que el tal Gerardo Fernández Noroña rompió lanzas con El Peje, por lo del perdón otorgado por el candidato presidencial de las izquierdas, al presidente Calderón, decidí recordar esta columna que escribí hace unos meses por un asunto que llamó la atención nacional y que se dio en la Cámara de Diputados donde el polémico Gerardo cobra como legislador federal:
“Brozo es un payaso que habla de política y tiene su propia secretaria.
Gerardo Fernández Noroña, que es político se cree payaso y también tiene una secretaria que se cree diputada.
Es más, recordando aquella hazaña de Jesús García allá en Nacozari, Sonora, a la ayudanta de Fernández Noroña se le conoce en el recinto legislativo de San Lázaro, como la diputada 501.
Pero no crea usted que es una secretaria cualquiera.
Igual que sucede con la secre del Brozo, que no es una secre cualquiera, pues tiene un atractivo visual que ha obligado a más de uno a levantarse temprano para disfrutar sus encantos.
La secre de Gerardo gana 60 mil pesillos.
Igual que los que ganan los diputados, aunque nuestros legisladores tienen otros ingresos con lo que su sueldo se dobla...a nuestras costillas.
Ya lo he dicho que no tengo nada en contra de las mujeres a las que no se les debe tocar ni con el pétalo de una rosa, pero me parece que Martha Angélica Ojeda Nava, que así se llama la secre de Fernández Noroña, no debería asumirse como si fuera diputada.
Ha de pensar esta guapetona mujer que si a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión llegan legisladores de dulce, de chile y de manteca, pues qué más da que ella también se sueñe una auténtica representante popular.
Pero eso no está bien.
Con todo y lo que opine el controvertido Gerardo que a veces sus actitudes me merecen respeto pero en otras ocasiones, me da la impresión de que le falta un tornillo.
Que la joven Martha Angélica se siente en una curul de diputado –utiliza la que con frecuencia deja vacía el también polémico Porfirio Muñoz-Ledo- me parece una falta de respeto a la investidura de los diputados y diputadas federales que nos representan en ese recinto legislativo de San Lázaro, con todo y que la figura de nuestros legisladores está tan devaluada que se ubica en el casillero de las opiniones favorables de la ciudadanía, junto al de los policías corruptos.
¿Por qué se permite que ocurra esto?
Según las crónicas periodísticas, la secre de Gerardo Fernández Noroña tiene permiso de la Mesa Directiva de la Cámara para acceder hasta las curules, a diferencia de muchos otros secretarios y secretarias particulares o auxiliares de los legisladores.
¿Poe qué?
No lo sé.
Pero para mí que esta secre, es como aquella del chiste.
Una madre orgullosa le presumía a su comadre que su hija era secretaria con maquinita.
Se refería a la máquina de escribir y decía que su jefe, de la secre, la llevaba a todos lados con su maquinita.
Que va a hacer un escrito en la oficina, la maquinita. Que asiste a una reunión importante, la maquinita.
Que se va a Acapulco de Reve, también se lleva la maquinita, decía con la boca llena de orgullo la madre aquella.
Entonces la comadre le dice:
No presuma tanto comadrita, porque mi hija también es puta, ¡pero sin maquinita!”
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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