“Un país culto difícilmente será un país pobre; en cambio, una nación inculta fácilmente será miserable”.
La frase no es la de uno de esos grandes pensadores universales que las dejaron para lo posteridad, sino lo expresado por el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, Arturo Menchaca.
El investigador y científico se quejó de que, durante el sexenio de Felipe Calderón, este nunca consultó a los 100 investigadores más destacados del país que sin cobrar, forman parte del consejo asesor del jefe del Ejecutivo federal.
A la mejor con eso de andar capoteando a los narcos y demás yerbas, el primer mandatario de la nación, no tuvo tiempo de voltear a la ciencia para aprovechar e incentivar a ese sector tan menospreciado.
Aunque hace unos días dio a conocer que hubo más apoyos que en los sexenios anteriores para la cultura.
¡Perooooooooooooooo!
Y es que la ciencia, como la cultura en México, son los llamados patitos feos de las administraciones de los tres niveles de gobierno.
Por eso estamos tan jodidos, bueno, pero contentos.
Recuerdo que el ex presidente Vicente Fox hizo una propuesta de incrementar el presupuesto destinado a la ciencia durante su sexenio, pero todo quedó en buenas intenciones y de buenas intenciones está empedrado el infierno.
Es más, esa mega biblioteca que mandó construir allá en la ciudad de México, todavía no se termina y además fue tan mal construida que ha sido necesario repararla. Por si le interesa el actual alcalde panista de Monterrey, Fernando Lodazábal, perdón, Larrazábal, fue el constructor de esa obra.
Los observadores políticos internacionales aducen que si México no le destina un mayor presupuesto a la ciencia y la tecnología, seguirá siendo una nación atrasada.
En ese terrenos, ya nos han superado varias naciones que estaban debajo de nosotros hasta hace unos años, como las Coreas y otras asiáticas y Chile y otras del continente americano.
En este mismo espacio, hace unos meses aplaudí esa intención de promover que sea creada una Secretaría de la Ciencia y la Tecnología en el próximo sexenio.
Y si no se llega a tal grado, pues que al menos se les destine un mayor presupuesto.
Tan sólo con los millones que en las cámaras, de senadores y diputados federales, se reparten discrecionalmente nuestros legisladores, se podrían impulsar varios programas científicos y tecnológicos.
¿Qué hace falta?
Voluntad.
Y a la mejor, otra cosa que no la cito para no ofender oídos castos.
Según hemos leído, en Colombia lograron reducir los índices de violencia relacionados con el narcotráfico y los secuestros, impulsando la cultura para involucrar a los jóvenes y evitar que se enrolaran en los cárteles de la droga y demás instancias del crimen organizado.
Aquí podría intentarse algo similar y complementarlo con mayores apoyos presupuestales a la ciencia y la tecnología.
En pleno siglo XXI no podemos seguir actuando como si estuviéramos en épocas de la Conquista.
¿No cree usted?
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.
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