Previo al
primer debate presidencial que organizó el Instituto Federal Electoral para el
6 de mayo, surgió la polémica cuando el dueño de TV Azteca Ricardo Salinas
anunció en su cuenta de twitter que
el Canal 7 de su propiedad no lo transmitiría y que en lugar de ello llevaría a
las pantallas televisivas la imagen de la semifinal del torneo mexicano de
futbol en la que uno de los equipos protagonistas fue el Morelia, propiedad del
consorcio que lidera el empresario de origen regiomontano.
Opiniones
encontradas se registraron al respecto y en las llamadas redes sociales no
faltaron hasta los recuerdos del 10 de mayo para el poderoso concesionario de
la señal de una de las dos cadenas de la tv privada en México.
Desde
luego que, ante la no obligación legal para transmitir el debate, Ricardo
Salinas estaba en su derecho de programar lo que él considerara que podía
jalarle más rating o bien respetar la programación que ya estaba prevista para
la noche de ese domingo.
El futbol
como suele suceder, con otros deportes o actividades recreativas, se ha convertido
en un jugoso negocio para unos cuantos, principalmente para las dos cadenas
televisivas privadas que tiene la nación mexicana.
De
acuerdo.
Pero de
los poco más de 110 millones de habitantes que tiene México, a una cantidad
importante de ellos les gusta el futbol, no como práctica sino como
deporte-espectáculo.
¿Había
que obligarlos a ver el debate y no aquel partido de futbol del 6 de mayo?
El jueves 28 de junio próximo pasado, el ex
presidente del IFE, José Woldenberg narra en su colaboración semanal para un
diario de circulación nacional, la experiencia que vivió cuando el domingo 2 de
julio del 2000 se celebró la elección presidencial en la que el ganador resultó
Vicente Fox candidato del PAN quien con ese triunfo sacaba al PRI de Los Pinos
y del Palacio Nacional.
Dice José
Woldenberg que se había establecido por acuerdo del Consejo General del IFE que
ese día se transmitieran por la tv breves mensajes en cadena nacional, uno para
informar al filo de las 3 de la tarde para informar de los pormenores de la
instalación de casillas, de las que por cierto no se instalaron 13 -en la
elección presidencial del pasado domingo uno de julio no se instalaron 2-, otra
cadena a las 8 de la noche para informar sobre el desarrollo de la jornada, a
las 11 de la noche para informar sobre el conteo rápido, a las 3 de la mañana
otro para informar del avance del PREP y a las 7 de la mañana del 3 de julio,
un mensaje para hacer un balance general de esa elección presidencial.
El
problema fue que el primer mensaje coincidía con la final de la Eurocopa de ese
año que se disputarían Francia e Italia.
“A las
tres en punto informé de la instalación de las casillas. De 113 mil 423
solamente 13 no se habían colocado. Cerca del 95 por ciento de los presidentes
de las mesas eran los que se habían nombrado previamente. Y ofrecí las cifras
del número de representantes de los partidos, acreditados en las casillas. Todo
marchaba bien. Pero lo aficionados al futbol habían resentido que su partido,
en el momento cumbre, se interrumpiera intempestivamente por la cadena
nacional”, dice el ex presidente del IFE.
Dice
Woldenberg que recuerda que uno de los dos porteros recibió un foul y que duró
unos 2 minutos tirado en el césped.
“A la
semana siguiente tuve el siguiente diálogo con un sobrino de 8 años. -´¿Cómo se
te ocurrió interrumpir el partido?´-Bueno, las elecciones son más importantes
que el futbol.-Todos en mi salón se quejaron de tu mensaje.-Explícales que le
mandamos decir al portero que hiciera tiempo mientras yo hablaba. Desde
entonces, mi sobrino no me cree nada”.
¿Usted
qué opina?
La
lectura es vida, lo demás…es lo e menos..hzr@prodigy.net.mx
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