Durante muchos años, a los gorditos o gorditas en nuestro país los hemos visto como seres humanos simpáticos y bonachones.
Y la realidad es que si uno hace una revisión mental de las personas que ha conocido con esas características físicas, tendrá que admitir que, en efecto, son simpáticos o simpáticas.
Aunque muchos de ellos y ellas suelen ser víctimas de lo que ahora se conoce como bullying en las escuelas a la que asisten.
Además, en estos tiempos, la gordura se ha convertido en un problema de alcance nacional.
El sobrepeso afecta a un elevado número de mexicanas y mexicanos, principalmente en el nivel infantil, a grado tal que ya empatamos si no es que lo superamos, a Estados Unidos de Norteamérica.
Según las estadísticas, los índices de sobrepeso se dispararon en la última década del siglo pasado y en la primera del presente.
Curiosamente, coincide con el creciente número de empresas comerciales que se dedican a la venta de hamburguesas, las que le vinieron a hacer la competencia a nuestros deliciosos tacos y sobre todo, a nuestras riquísimas tortas.
¿Tan dañinas son las hamburguesas?
No lo sé, pero lo que sí es contundente, es el hecho de que la venta de hamburguesas está muy arraigada en el vecino país del norte y que durante años, ellos fueron el número uno en obesos y obesas.
Según un estudio reciente de la OCDE, que es la organización que agrupa a las naciones más desarrolladas del mundo, en México la obesidad en la población adulta alcanza rangos del 30 por ciento mientras que en los Estados Unidos de Norteamérica, llega al 34 por ciento.
En México, el problema nos pega más porque está emparentado con las cifras tan altas que hay de personas con diabetes y en ese rubro ostentamos el primer lugar dentro de los países afiliados a la OCDE.
Curiosamente en China, los niños y jóvenes gorditos, apenas andan en el rango del 5 por ciento, lo que es nada si tomamos en cuenta que esa nación asiática ronda ya los mil 400 millones de residentes.
¡Qué envidia!
A pesar de ser tantos, la gordura no es problema para ellos.
Y de verdad, si usted tiene aquí en México amistades chinas, se dará cuenta de que pocos son gorditos o gorditas aunque algunos de los que tienen esa característica física podrían tenerla porque llevan años viviendo aquí y se han adaptado a los hábitos alimenticios locales.
Por cierto, una ocasión escapó un grupo de reos de un penal.
Entre ellos había un chino.
El que coordinó la fuga les dijo que al momento de escaparse saltándose la barda con cuerdas que elaboraron dentro de la prisión, si hacían algún ruido y los celadores gritaban ¡¿quién vive?!, emitieran un ¡Miau!, como gatos y eso despistaría a los guardianes.
Los primeros nueve que se escaparon, hicieron ruido, pero utilizaron la expresión gatuna ¡Miau! y los celadores creyeron que se trataba de gatos.
Cuando le tocó brincarse la barda a aquel chinito, hizo mucho ruido y cuando el celador preguntó ¡¿quién vive?! el asiático dijo: ¡Otlo gato!, pues no pudo decir ¡Miau! y fue atrapado…
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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