El hubiera no existe, es verdad.
Pero a veces nos vemos obligados a preguntarnos qué habría pasado si hubiera o no ocurrido tal suceso.
Por ello, hoy me pregunto: ¿qué hubiera pasado si Andrés López no hubiera asumido la actitud que asumió luego de que no ganó la presidencia de la república aquel 2 de julio del 2006 y que la reforzó dos meses después cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dio su fallo favorable a Felipe Calderón como el ganador absoluto de esa contienda por la presidencia de la república?
Si Andrés López hubiera adoptado una estrategia distinta a la que tomó, ¿habría ganado la Presidencia de la República el domingo uno de julio próximo pasado para el periodo 2012-2018?
Yo siempre he creído que el controvertido tabasqueño debió de haber optado mejor por mostrarse respetuoso de las leyes, aun con todo y que no estuviera convencido de que se actúo estrictamente apegado a derecho. De haberlo hecho así, creo yo, nadie lo habría derrotado en las urnas por segunda vez.
Y es que, precisamente, la actitud que asumió, con todo y que él ahora diga que lo hizo para evitar posibles baños de sangre, le dio la razón a quienes promovieron que su candidatura presidencial “es un peligro para México”.
El plantón de reforma y las constantes amenazas de toma de aeropuertos, casetas de cobro de carreteras federales, de instalaciones estratégicas y de oficinas gubernamentales en 2006, mandó una muy mala señal para la sociedad mexicana que no es proclive a la violencia y si no, habría que revisar los episodios conflictivos que ha vivido el país al respecto.
Andrés, debió haber dicho en aquel momento en que el TEPJF emitió su fallo dándole el triunfo electoral a Felipe Calderón, que él era respetuoso de las leyes y que si bien no estuvo conforme con el resultado del 2 de julio de aquel 2006, la decisión del órgano colegiado, última instancia para exigir justicia electoral, era respetable.
Y desde aquel momento, decirle a la ciudadanía en general que se mantendría en la lucha legal y permitida para buscar de nuevo otra oportunidad en el 2012, pero no lo hizo.
Prefirió amagar con la táctica que ya había aplicado en aquellas tomas de pozos petroleros en su estado natal después de las elecciones de 1991 y las de 1994 y luego ordenó que los legisladores que habían ganado el 2 de julio abanderados por el PRD-PT y Convergencia evitaran a toda costa que Felipe Calderón tomara posesión como presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
Todo esto contribuyó a proyectar una imagen muy negativa de Andrés como político y eso sin duda alguna le afectó en su lucha de nueva cuenta por la silla presidencial, con todo y que, incluso, cambió el discurso en campaña por uno amoroso.
Ahora, después de la derrota electoral Andrés Manuel está en la encrucijada de apegarse estrictamente a la defensa de su lucha por la vía institucional y jurídica o irse a tomar las calles junto con sus seguidores y simpatizantes.
Este día o a más tardar mañana, el controvertido tabasqueño dará a conocer al pueblo mexicano las acciones que emprenderá, paralelas a la defensa jurídica del voto.
Hay quienes creen que al menos, de aquí al 5 de septiembre el ex jefe de gobierno del Distrito Federal en el periodo 2000-2006, se mantendrá dentro de los márgenes de las acciones que no transgredan las leyes. Otros ya ven un escenario similar al del 2006
El ha insistido en que su lucha de aquel año no fue violenta y evitó un baño de sangre.
Ahora, algunas organizaciones políticas y sociales que se identifican con su movimiento y que se reunieron en San Salvador Atenco, estado de México la semana pasada, ya han lanzado algunas advertencias de lo que puede venir.
Yo creo que todos están en su derecho de exigir y defender lo que ellos consideran que es defendible.
Lo que no acepto es que no respeten los derechos de terceros y que se pretenda llevar al país por otra ruta distinta a la de las urnas electorales.
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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