“Fino amigo, como lo vengo haciendo desde hace tiempo, el día de ayer leí tu columna y el articulo que titulaste "Propuestas" me llamó particularmente la atención el siguiente párrafo:
"¿Usted cree que, únicamente el PRI coacciona el voto?
De ninguna manera: todos los partidos lo hacen.
Son prácticas que no se han podido erradicar y que le siguen haciendo daño a la democracia".
Y a este párrafo con tu permiso quisiera hacer unos comentarios.
Para entender la obsesión con la llamada compra de votos hay que partir de que esta existe porque los ciudadanos la aceptan. Hay oferta porque hay demanda. Y esa demanda (tanto como la oferta) es histórica y parte innegable de nuestra cultura nacional. Y, sin embargo, se está considerando al revés: que la oferta es la que creó la demanda.
Me parece que ver las cosas de ese modo es no entender el comportamiento de los mexicanos, desde siempre ha prevalecido en nuestro País la llamada cultura de la caridad.
No se puede negar que TODOS los presidentes, gobernadores, senadores, diputados, munícipes y hasta delegados han hecho obsequios.
Dependiendo de cómo se hacen, se les llama a veces políticas públicas basadas en derechos, y otras veces acciones asistencialistas basadas en deseos de ayudar, pero en todo caso lo importante es que son ampliamente aceptadas y también bastante solicitadas.
Por ello es que un político en campaña hace obsequios: porque las personas los aceptan y hasta los piden. La torta, la camiseta, la gorrita y ahora hasta la tarjeta para adquirir mercancía, se aceptan no solo por la necesidad (que sin duda existe) sino por una ciudadanía acostumbrada a recibir regalos de los políticos. Así ha sido y ojala pudiéramos cambiar eso, pero hasta ahora así es.
Recuerdo que el propio candidato de la izquierda le dijo a la gente que aceptara lo que le ofrecían, pero luego votaran por quien quisieran. Y eso hicieron los ciudadanos. Aceptaron los regalos y votaron por quien quisieron.
El problema estuvo en suponer que ese "quien quisieran" no iba a ser el candidato del PRI y entonces, lo único que se les ocurrió a quienes esperaban resultados a partir de sus suposiciones, fue afirmar que además de comprados, los ciudadanos fueron manipulados por la publicidad, si esto fuera cierto: entonces como explican ellos los resultados que si les beneficiaron?
Ver las cosas de este modo, es otra vez, no entender a los ciudadanos. Porque no somos tan manipulables, nosotros tenemos nuestras propias ideas y sabemos lo que preferimos.
Esto tampoco significa que la publicidad no influya, claro que lo hace y por eso existe. O que el dinero utilizado en exceso no pueda alterar el resultado de una elección al influir en el comportamiento de algunas personas, pero en el análisis final ni la publicidad, ni el dinero, ni los regalos son responsables de los resultados electorales, lo son las decisiones de los ciudadanos que por alguna razón prefieren darle su voto a tal o cual partido o candidato.
La tarea pendiente para todos los partidos, ganadores y perdedores es averiguar esta razón, ello si se quiere, en el futuro, atraer esos votos. Humberto como siempre quedo a tus finas atenciones y estoy a tus órdenes ya radicando nuevamente en nuestra bella Cd. de La Paz.
Un abrazo. Enrique Kao”.
Enrique es un asiduo lector de este espacio desde que radicaba allá en Tijuana y ahora regresó de nuevo a La Paz donde nació, siendo hijo de mi amigo Enrique Kao Ham, ex director de Indeco en el periodo gubernamental de Angel César Mendoza Arámburo.
Decidí reproducir lo que Enrique Jr., me escribió con relación a la columna Temas y sucesos del pasado miércoles 9 del presente.
Como es un poco complicado desarrollar los temas con más amplitud en este breve espacio, le dije que su comentario, sería parte de esta columna.
Y hoy cumplo mi palabra.
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.
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