“Hay que estar siempre ebrios…de poesía”. La frase no es mía.
La tomé de una barda en un algún sitio de esta ciudad capital, La Paz, porque llamó mi atención ya que es una expresión del grafiti que está tan de moda y que ha sido satanizado porque se considera que es más negativo que positivo.
Aunque esa percepción está cambiando, de acuerdo a un estudio que se realizó al respecto allá en la capital de la república y cuyos resultados fueron dados a conocer la semana pasada en un diario de circulación nacional que realizó una encuesta.
Según ese sondeo, el 45 por ciento de los encuestados no relaciona las pintas urbanas con actos delictivos. El año anteriores, es decir en 2011, ese porcentaje se ubicaba en el 39 por ciento.
También bajó la opinión de quienes consideran que el grafiti como un problema en el DF, del 83% sal 72%.
Desde que llegó a México y en el caso específico a Baja California Sur, el grafiti ha despertado comentarios encontrados y ha sido combatido de una y mil maneras buscando que la juventud no recurra a esta manera de expresarse, pero no se ha logrado.
En la UNAM se inventó una pintura repelente al grafiti, pero no se sabe bien a bien qué pasó con ella.
El grafiti llegó a México procedente del vecino país del norte donde los las minorías raciales encontraron una forma de manifestarse y expresar su rechazo a las condiciones de vida que les ha impuesto el gobierno norteamericano.
Pero también en Europa, hay grafiti.
Un amigo que viajó hace unos años a Madrid, me comentó que vio varias bardas, edificios públicos y casas privadas, pintadas con diversas leyendas grafiteras.
Algún día se me ocurrió la idea (habrá quien piense que la mafufada) de que, aprovechando lo de las pantallas gigantes, se colocara una sobre el Teatro de la Ciudad y en algún otro sitio estratégico donde los grafiteros pudieran hacer sus pintas pero con computadoras y que sus trabajos fueran proyectados en esas pantallas durante determinado tiempo.
De esa manera, tal vez se lograría que disminuyeran las bardas, casas y edificios públicos grafiteados.
Recuerdo que la ex presidenta del DIF de La Paz, Lilia Maya hizo un ejercicio un tanto parecido, dándole oportunidad a los grafiteros de que se expresaran en las bardas del canal que desemboca en el molinito y en otros sitios de la ciudad, pero una vez que concluyó el periodo de gobierno de su esposo Adán Ruffo, ese programa quedó en el olvido.
La semana pasada en el Congreso del Estado se abordó el tema del grafiti.
Fue el diputado priista Ramón Alvarado Higuera quien dijo que se debe actuar con energía contra quienes lo practican.
Con todo lo que el tema encierra, creo que debemos ser tolerantes con la manera en que se expresan nuestros jóvenes.
Aun cuando no nos guste la manera en que lo hacen.
Y por lo pronto, creo que tienen razón en eso de estar siempre ebrios de poesía, sobre todo en estos momentos en que pareciera que más bien estamos sedientos de sangre…
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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