¿No le parece un contrasentido que en casi 24 años de existencia, el Partido de la Revolución Democrática sólo haya tenido dos candidatos presidenciales?
¿Es en realidad un partido democrático?
La democracia es una aspiración, es cierto pero si el PRD lleva en sus siglas que es democrático, no le abona en nada el hecho de que en ese casi cuarto de siglo, sólo dos de sus militantes han sido designados candidatos a la Presidencia de la República: Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés López.
Y de no haber tomado, Andrés López, la decisión de abandonar las filas del partido que lo postuló dos veces a presidente de México, dos a gobernador de Tabasco y una a jefe de gobierno del Distrito Federal, en 2018 serían casi 30 años con dos candidatos presidenciales en el palmarés electoral del llamado partido del sol azteca.
Incluso, habría que cuestionarse si las candidaturas de Cárdenas y de López estuvieron definidas por el voto democrático y libre de los militantes del PRD.
No olvidemos que ese partido surgió a raíz de la exigencia de Cuauhtémoc y sus seguidores de que en el Partido Revolucionario Institucional en el que militaban se les diera oportunidad de buscar la candidatura presidencial, es decir que hubiera democracia.
Con el paso de los años, el PRD se fue transformando en un partido de corrientes o tribus que se disputan las candidaturas y los cargos directivos, ferozmente.
Baste recordar el cochinero que se vivió rumbo a la elección de presidente del CEN el PRD en el 2008 para suceder al sudcaliforniano, Leonel Cota que ocupaba esa responsabilidad, entonces.
Y no sólo eso sino que se trata de un partido en el que los cargos de dirigencia y las candidaturas se reparten entre parientes e incondicionales.
Están los casos de Jesús Ortega, ex dirigente nacional y su hermana y hermano que han sido legisladores federales. El de Martí Batres y sus hermanas, Lenia y Valentina. Del propio Cuauhtémoc y su hijo Lázaro que fue gobernador de Michoacán. De Dolores Padierna y su marido El señor de las ligas, René Bejarano. La lista es interminable y entre los casos más recientes está el de Octavio Romero, el de la triangulación de fondos para las campañas de Andrés López, que empujó a su hija para que sea diputada federal plurinominal.
Localmente, sólo por citar algunos ejemplos, habría que resaltar los casos de Leonel Cota, su hermana Rosa Delia, su primo Narciso Agúndez y su prima Rosalía la ex de la SEP. Es más, Ricardo Gerardo exigió que le dieran candidatura a él, a su esposa ex regidora de La Paz y a su hijo mayor, en el proceso electoral federal pasado. O los hermanos de La Rosa Escalante: uno fue candidato a alcalde de Los Cabos, Arturo, el otro, Noé, a diputado local por el V distrito en 2011.
No tengo nada en contra del PRD. Es más, cuando Leonel Cota me preguntó allí afuera de la cancha Manuel Gómez Jiménez que a qué partido le aceptaba la candidatura luego de que se fue del PRI, le dije que al PRD.
Lo que pasa es que si hablamos de democracia, pues que se practique.
Que se cumpla el anhelo de don Ventura un anciano de casi 80 años que fue al mitin del domingo 9 de septiembre a escuchar allá en el Zócalo capitalino a su ídolo Andrés porque cree en su lucha por la democracia y la justicia social.
Eso no quiere decir que en los demás partidos sí exista. Otros, como el Verde son peores o el de la Gordillo, el PANAL, son peores y si no cómo explicar que su hija, su nieto y su yerno fueron candidatos a legisladores federales en la elección del pasado domingo uno de julio.
¡Viva la democracia!
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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