El otro día una persona llamó a Panorama Informativo que conduce Miguel Angel Ojeda, para quejarse amargamente de que había adquirido un equipo mini Split de aire acondicionado por poco mas de 3 mil pesos y que en dos años ya había pagado más de 11 mil pesos y que cuando buscó las oficinas del organismo encargado del programa de ahorro de energía del gobierno federal, le dijeron que las oficinas ahora se encuentran en Los Cabos.
Como se sabe, el gobierno federal creó e impulsó el Programa de Sustitución de Equipos Electrodomésticos para el Ahorro de Energía, con el propósito de desechar aquellos equipos con un elevado consumo de energía eléctrica y más dañinos para el ambiente.
A su vez, activó los Programas, de Financiamiento para el Ahorro de Energía Eléctrica, el PFAEE y el de Ahorro Sistemático Integral, ASI. Los antecedentes de todo esto se remiten a 1990 cuando se creó el Fideicomiso 728 FIPATERM que pretendía apoyar a los clientes de la Comisión Federal de Electricidad, residentes en el vecino estado de Baja California por las elevadas temperaturas, principalmente de Mexicali y en consecuencia, los altos consumos de energía eléctrica.
Las bondades de esos programas no están en duda.
Lo que despierta sospechas, es quién o quiénes son los que realmente se están beneficiando con ellos.
Porque está bien que se trata de un financiamiento, pero de acuerdo a la queja del radioescucha referido, el aparato que adquirió por esa vía, ya lo ha pagado casi 4 veces y eso sí que me parece injusto pues no es manera de ayudar, sino de joder.
Desde luego que no es esta la primera ni será la última transa que se derive de programas gubernamentales.
Existe el clásico pago de facturas, como se asegura ocurrió con la construcción de unos 25 hospitales un tanto similares al nuevo Juan María de Salvatierra en esta ciudad de La Paz, que se le entregaron a la empresa Ingenieros Civiles Asociados, ICA, la que a su vez subcontrató a otras empresas menores para realizar las obras con la calidad que ya hemos visto.
Hace unas semanas se habló en un diario de circulación nacional del caso de un empresario de origen japonés, José Susumo Azano Matsura, quien ha sido proveedor de la Secretaría de la Defensa Nacional y de otras dependencias del gobierno federal, obteniendo jugosos ingresos en compras millonarias de equipo militar y de otros usos.
Tan solo en una operación, Susumo Azano le vendió a la SEDENA, según la información referida, equipo para interceptación de llamadas telefónicas y equipos de cómputo, por el orden de los ¡5 mil millones de pesos!
Un hijo de este empresario de origen nipón, se dio el lujo de comprar una gigantesca botella de champan de 80 mil dólares para celebrar con sus amigos en una fiesta privada.
Es muy probable que atrás de las empresas proveedoras de equipos electrodomésticos, como aires acondicionados y refrigeradores, además de aislantes para techos y paredes, estén empresarios ligados a algún alto funcionario de la Secretaría de Energía o de la Comisión Federal de Electricidad.
Por cierto no sé si todavía un empresario español tenga la concesión para recibir todo el aceite que desecha la planta de la CFE en Puerto San Carlos y que hace unos años tiró entre el monte en el Valle de Santo Domingo, grandes cantidades de aceite quemado y otros residuos de la termoeléctrica y no se supo si fue sancionado por las autoridades ambientales.
¿ASI, cómo pues?
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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