En el vecino
estado de Sonora, alguien cometió una burrada.
El lector
dirá que burradas, todos los días y muchas son los que se cometen.
Pero en este
caso se trata de una polémica que se generó desde hace unos días por un
supuesto impuesto por la tenencia de ¡burros!
Si, así como lo lee: B u r r o s.
Circuló la versión de que, supuestamente, en la Ley de Ingresos para el 2013
que envió el Gobierno del Estado al Congreso local de aquella entidad, se
estableció un impuesto para los propietarios de burros y caballos.
El diputado
perredista, Carlos Navarro López criticó a la bancada del PAN en el Congreso
local por haber aprobado, según dijo, una Ley de Ingresos que contempla alza y
nuevos impuestos, entre ellos el de la tenencia de burros y caballos. De
inmediato hubo reacciones.
Incluso hasta
una manifestación que se denominó La
marcha de los burros y que la organizó el grupo No más Impuestos, que opera en aquella entidad vecina.
Las
dimensiones de la burrada alcanzaron tantos decibles de ruido que el propio
gobernador del estado, Guillermo Padrés Elías tuvo que salir al quite para
aclarar que en la citada Ley de Ingresos 2013, no existe tal impuesto.
Existe, según
documentación de la Secretaría de Hacienda o de Finanzas de esa entidad, un
impuesto desde hace 25 años por, posesión, traslado y sacrificio de ganado
equino y asnal, pero la tasa desde entonces se ha mantenido en cero, es decir,
no se cobra.
Para quienes
se preguntan por qué tanto escándalo por lo del famoso impuesto a la tenencia
de pollinos, les diremos que Sonora es un gran productor de carne de machaca y,
aunque no se tienen cifras exactas, se sabe que una cantidad importante es
machaca de burro, que por cierto dicen, quienes la han consumido, que es mejor
que la de vaca.
Total que la
polémica se armó, todo porque como se sabe, desapareció el cobro de la tenencia
como impuesto federal y se dejó al arbitrio de los gobiernos estatales si en su
lugar cobran un impuesto similar.
Y
aparentemente, en Sonora a alguien se le ocurrió la gran idea de que en lugar
del impuesto por uso y tenencia de vehículos automotores, se podría aplicar un
impuesto a la tenencia de burros y caballos.
Por cierto
hubo una vez un presidente municipal ya pasado de años, lo que ahora se llama adulto mayor, que organizó una
competencia de garañones equinos, asnales y mulares para ver cuál de ellos era
el que más las podía pero sin utilizar Viagra
animal.
Cuando todos
pensaban que el ganador sería un garañón traído de lejanas tierras, llegó un
adulto mayor jalando un famélico borrico, con matadas por todo el cuerpo y que
con sólo mirarlo, daba lástima. Todos los asistentes al evento aquel se rieron
a mandíbula batiente de la osadía del anciano aquel y el alcalde, pensando en
que su burro sólo haría el ridículo, lo dejó participar.
Entonces, el
viejecito sacó de su morral un olote grande (lo que queda de la mazorca de
maíz) y le talló las orejas al burro, que reaccionó de inmediato y se puso a
cumplir la tarea sin despeinarse, bueno es un decir.
El anciano
aquel repitió la operación varias veces y el burro cumplió hasta que los jueces
gritaron que era el vencedor del certamen. Al año siguiente, el alcalde dio
órdenes de que por ningún motivo dejaran pasar a aquel viejecito si se aparecía
por allí para participar en el torneo. ¿Había hecho trampa?
Sus fieles guardianes
del orden cumplieron al pie de la letra la instrucción y entonces, intrigado,
el hombre aquel fue a preguntar al presidente municipal el por qué de ese veto
tan radical para no dejarlo participar otra vez.
-¡Mire, mire,
como me dejó mi vieja las orejas, por su culpa, después de su espectáculo del
año pasado!
¡Qué cosas
no!
La lectura es
vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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