Antes,
cuando se le preguntaba a un niño o jovencito, ¿qué le gustaría ser de grande?,
normalmente contestaba: bombero o policía.
Hoy,
según una encuesta que se divulgó a mediados de la semana próxima pasada, un 26
por ciento de los jovencitos encuestados sobre el tema, contestaron que ellos
quisieran ¡ser narcos o sicarios!
Son
tiempos de modernidad.
Es
porcentaje de respuestas en tal sentido, es de preocuparse.
Nuestro
país necesita de profesionistas en todas las ramas y no es posible que la
juventud esté mas interesada en seguir una carrera relacionada con el delito,
que una profesión que contribuya al progreso del país y al mismo tiempo los
beneficie a ellos y a sus familias.
¿Narco
o sicario?
Si
uno revisa los contenidos de las telenovelas en boga y las carteleras
cinematográficas, se dará cuenta que el fenómeno del narcotráfico está muy
presente en una número importante de melodramas o películas.
Desde
luego, el tema no debe soslayarse.
Pero
creo que, aunado a los corridos que se cantan como loas a algunos grandes capos
del narcotráfico, ello ha contribuido a que los jóvenes de nuestro país tengan
una idea distorsionada de lo que son los narcos y los sicarios.
El
dinero fácil y los lujos que un narco puede darse, son un atractivo para
cualesquiera.
Pero
hay que recordar que, al menos hasta hoy, esa actividad es ilícita y se castiga
con la ley.
Además,
no podemos soslayar que muchos jóvenes están siendo utilizados como carne de
cañón por los cárteles de las drogas, precisamente, con el señuelo de que
tendrán dinero a montones, poder y muchas cosas a su alcance.
Que
un poco más de un cuarto del total de los jóvenes encuestados sobre el tema,
haya coincidido en alcanzar el status de narcotraficante o sicario, insisto, es
preocupante.
No
hay que perder de vista que en México, hay más pobres que ricos o personas que
pueden vivir decorosamente.
Eso
significa que hay un potencial enorme para nutrir las bandas criminales que ya
dominan todos los rincones del país.
Las
autoridades federales deben analizar la información referida.
Valorarla
a fondo y determinar qué medidas se pueden tomar para cambiar, en la medida de
lo posible, esa percepción que tiene ese porcentaje de jóvenes que anhelan
convertirse en narcos o sicarios cuando sean mayores de edad, o incluso antes.
¿No
cree usted?
La
lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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