Agonizaba el 2012 y, por los cuajarrones de sangre que vi sobre el polvo y la basura, supuse que también agonizaba uno de ellos.
Pero que muriera uno de esos teporochitos que viven por mi barrio, acá en La Paz, a nadie preocuparía.
De hecho en esos días falleció uno allá por el bordo y no sé si sería el mismo que en vísperas del Año Nuevo había vomitado sangre, por tanto alcohol consumido.
Allí a la interperie, dormitaban, con una vieja colchoneta o una raída cobija, soportando las frías temperaturas del invierno.
Y pensar que el famoso Niño Verde, se quejó hace unos días, cuando fue a dar al Torito allá en la capital del país, por haber sobrepasado los índices de tolerancia del alcoholímetro, de que había padecido un frío de los mil demonios y una sed espantosa, obviamente producto de la resaca generada por los ¡4 caballitos de tequila! que aceptó haber consumido esa noche de farras.
Todas las veces que caminé, haciendo ejercicio y miré a los teporochitos allí recostados en sus dormitorios provisionales, jamás los escuché quejarse del intenso frío ni clamando por agua pese a las espantosas resacas que tal vez, de ser ya tan cotidianas en ellos, ni las sentían.
Pero el pobrecito de Jorge Emilio González Martínez, alias el Niño Verde, que de niño no tiene nada y de verde, sólo se ha de poner de ese color cuando hace corajes, se quejó amargamente del frío y la sed que pasó en el Torito y además dijo que era un lugar espantoso.
Por cierto eso de que dio un nombre falso para que no supieran que era el poderoso senador heredero de un partido político, el PVEM, que el ex presidente Carlos Salinas le regaló a su papá, que se lo crea su abuela, si es que tiene.
Y el que haya ido a completar las horas que le faltaron de reclusión temporal luego de haber conseguido un amparo, fue pura fantochada, igual que esa propuesta de que haya programa de alcoholímetro en todo el país.
El Niño Verde nos cree pen…a los mexicanos y mexicanas, como diría Chente Fox.
No es así.
Vergüenza nos da, al menos a mi sí, que un presidente nacional de un partido y un senador de la república, ande haciendo esos papelones.
Pero, como lo indican las encuestas, los políticos y sobre todo los que son como el Niño Verde, llorona, perdón, es chile verde en la canción, están considerados en los rangos más bajos de reconocimiento de la sociedad mexicana.
Y Emilito es vivo ejemplo de ello.
Como dijera don Quijote: ¡Cosas veredes, Sancho!
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario