La semana pasada los dirigentes locales del sindicato de mineros que lidera, desde Canadá, el inefable Napoleón Gómez Urrutia dieron a conocer que la ficha roja que Interpol México hizo sobre su dirigente nacional para boletinarlo en todo el mundo advirtiendo que se trataba de un prófugo de la ley, había sido invalidada porque estaba llena de mentiras.
En ello tienen algo de razón.
Pero eso no significa que Napito ya quedo exonerado de lo que se la acusa y que es un mal manejo de fondos para los miembros de su sindicato.
Específicamente de un fondo de 55 millones de dólares de un fideicomiso que se integró con la aportación que hizo Grupo México y que el señor Gómez Urrutia, según se dijo en su momento, habría desviado, hacia cuentas personales, de familiares y de prestanombres. Incluso, el pasado 13 del presente mes, la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje ordenó al sindicato repartir los 54 millones 84 mil 740 dólares a los que trabajaron para Minera Cananea.
Además, el 18 de marzo próximo pasado, un tribunal federal ordenó, por cuarta ocasión, la detención del líder minero y quien fuera su tesorero, Héctor Félix Estrella, por la presunta disposición ilegal de esos 55 millones de dólares.
Es cierto que el hijo de Napoleón Gómez Sada, quien fuera líder sindical minero por décadas en el país, ya ganó cuatro de los cinco litigios legales a los que se le ha sometido, dos por delitos federales y tres del fuero común, pero hay fuertes indicios de que se ha enriquecido gracias a la explotación de los mineros y no de las minas.
Es más, Napito no es minero.
Su papá lo fue y de allí llegó al liderazgo nacional en su momento, pero el junior fue a la universidad y jamás ha utilizado un zapapico o una pala bajo la tierra en busca de metales preciosos. A lo más que ha llegado es a utilizar un detector de metales.
Los mineros, salvo algunas pequeñas excepciones, son el gremio de trabajadores de los más amolados en este país y, sin embargo, eso no le importa al señor Gómez Urrutia.
El nunca ha pasado privaciones.
Eso sí, molestias por estar en un país extraño, frío como lo es Canadá donde se encuentra asilado desde hace desde hace unos 5 años, pero vive con los lujos y comodidades que sus representados no podrían darse ni trabajando toda la vida.
La ficha roja que emitió la Interpol durante el sexenio de Felipe Calderón, tuvo algunas imprecisiones y datos que se agregaron con malas intenciones y por eso Gómez Urrutia fue amparado.
Y si de verdad es inocente, pues que las autoridades lo determinen.
¿No cree usted?
La lectura es vida, lo demás… es lo de menos… hzr@prodigy.net.mx
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