Cuenta la historia que a los indios naturales de Manhattan, allá donde ahora está Nueva York, los colonizadores les cambiaron la propiedad de la isla por ¡cuentas de vidrio!
Ahora entiendo porque Porfirio Cadena, el famoso bandido mexicano del corrido, era tan valioso, pues tenía un ojo de vidrio.
Es obvio pensar que los indígenas que habitaban la zona de Manhattan y otras áreas de aquella región de los Estados Unidos de América, nunca habían visto las cuentas de vidrio y por lo tanto se deslumbraron cuando se las mostraron y les propusieron hacer un cambalache por sus tierras tan valiosas.
En pocas palabras y como se dice en el argot callejero, les dieron gato por liebre.
Pero no crea usted que eso sólo sucedió en aquella época de la colonización de esa porción de Norteamérica.
Sigue ocurriendo.
Como sucedió, por ejemplo, con las cámaras para la videovigilancia que se adquirieron en la administración que encabezó hasta diciembre próximo pasado, el gobernador al que le daban asquito los del otro bando, Emilio González Márquez, quien es un consumado panista y no porque coma pan sino porque milita en el partido político que tiene esas siglas: PAN.
Resulta que para la compra de dichas camaritas se aprobó una inversión de 470 millones de pesos y sólo se adquirieron 654.
Eso quiere decir, si Pitágoras no se equivoca, que cada camarita costó el equivalente de 50 mil 943 dólares, que no pesos, pues la tecnología no es nacional sino extranjera.
Es mucho dinero por una cámara de ese tipo: más de 600 mil devaluados pesos mexicanos.
Yo creo que ni la lámpara de Aladino, con todo y lo que podría generarle de beneficios a quien la poseyera, costaría tanto.
¡Mare lindo!, diría el yucateco.
Estoy investigando para encontrar un parentesco entre los legisladores locales que autorizaron ese presupuesto y los indios de Manhattan, porque allá como en Jalisco, les vieron la cara.
La diferencia, podría estribar en que en el caso de la ahora famosa isla, los indios desconocían la tecnología de las cuentas de vidrio y los legisladores jalisquillos, a la mejor también pero hoy se tienen más elementos o herramientas para saber qué es lo que más conviene comprar, sobre todo si se trata de utilizar recursos púbicos y lo adquirido es para el servicio de la sociedad.
Un caso similar se dio en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión donde se instalaron nuevos equipos para votar: resulta que están desfasados con tecnología de la época de las cavernas, pero eso si costaron como 100 millones de devaluados pesos.
Total que ahora resulta que las dichosas lamparitas para la videovigilancia de la bella ciudad de Guadalajara, no sirven para maldita la cosa y por ello no se puede identificar a los que cometen crímenes en las calles, como ha sucedido últimamente con varias ejecuciones.
Y lo de las lamparitas ejecutado está.
Y ahora ¿quién podrá ayudarlos?, como diría el clásico.
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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