En el pasado, a
la hora de contar los votos luego de una elección, federal, estatal o
municipal, los encargados de las mesas receptoras, o casillas, pues, se
sorprendían al encontrar algún voto a favor de un personaje de moda, como Cantinflas, Chabelo, el Chapulín Colorado,
etcétera.
En automático,
esos sufragios se cancelaban.
Obviamente, no
eran candidatos y no podía votarse por ellos.
Pero eran
mensajes que los ciudadanos y ciudadanas enviaban a las autoridades de que no
se convencían con los candidatos formales, registrados.
Sin embargo, no
había ocurrido que se diera la participación de candidatos animales, como
ocurrió en las pasadas elecciones celebradas en 15 entidades de la república
mexicana el domingo 7 de julio.
El Candigato Morris en Veracruz, la Candigata Maya en Puebla, el candidato Chon, un burro, para Ciudad Juárez, en
Torreón, el CANdidato Titán, un
perro, en Oaxaca, el CANdidato Perrón
Oliverio, en Torreón.
El que más votos
obtuvo fue el Candigato Morris, unos
158 mil, pero se cree que pudieron haber sido más en todo el país, aunque él se
postuló para Oaxaca.
Se trata de algo
chusco, pero que a la vez encierra un mensaje:
El hartazgo de
miles o millones de ciudadanos que no creen en los procesos electorales y por
ello el elevado abstencionismo que se registró el pasado domingo 7 de julio.
Acaba de
publicarse la estadística de los más corruptos en México y entre los primeros
lugares destacan los políticos, los partidos y los que ocupan un cargo de
elección popular, junto con los medios de comunicación.
¡Pa´ su mecha!
Se gasta mucho
dinero en la organización y celebración de los comicios en todos sus niveles y
no es justo que no se pueda despertar el interés de la ciudadanía por ir a
sufragar.
Los votos que se
emiten en nuestro país, son de los más costosos del mundo.
Las elecciones
del 2012 se llevaron algo así como 12 mil millones de pesos entre los costos de
organización y celebración y lo que se les reparte a los partidos políticos que
tienen registro nacional y que por ahora son siete, pero que podrían ser ocho o
más si se autorizan el de Morena de Andrés López y el que promueve Manuel
Espino, ex presidente del CEN del PAN, Concertación Mexicana.
No tengo idea de
cuánto se gastaría en los 15 procesos electorales del pasado domingo 7, pero
fueron varios millones de pesos.
Estoy de acuerdo
en que es mejor dirimir nuestras diferencias políticas vía las urnas y no las
armas.
Pero también
debemos revalorar si se están haciendo bien las cosas, reconocer si hay fallas
y si es necesario ese elevado gasto que representa organizar y celebrar
elecciones en México.
Salvo su mejor
opinión.
La lectura es
vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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