Este
miércoles arribo a mis 58 primaveras y si bien ya estoy a un paso de ingresar
al casillero de los jóvenes de la tercera edad, mentalmente me siento bien.
Pero
no se trata de llamar la atención sobre este acontecimiento que no tiene nada
de relevancia, sino más bien sirve de pretexto para hablar de un tema que a
todos nos atañe.
Sí,
porque de no atravesarse antes esa dama de la guadaña, tan temida, todas y
todos tendremos que llegar a la edad en la que está reservado el lugar para los
jubilados y pensionados.
Precisamente,
hay un dato estremecedor que nos indica que en tan sólo nueve años, de 2003 a
2012, el número de personas que ingresaron a Alcohólicos Anónimos y que pertenecen
al gremio de los pensionados y jubilados, aumentó del ¡3 al 10 por ciento!
Y
es que una gran cantidad de personas, más hombres que mujeres, obviamente, que
van de los 55 a los70 años y que terminaron su vida laboral, tienden a caer en
la depresión y la ansiedad lo que los lleva a buscar mitigarlas, con el
alcohol.
Yo
creo que el gobierno federal a través de sus áreas de atención a la salud,
léase IMSS, ISSSTE o Secretaría de Salud, debería impulsar con más fuerza los
programas de orientación hacia quienes van a convertirse en pensionados o
jubilados.
Porque
suele suceder que el retiro o la jubilación de la vida laboral, es un
periodo en el que se presentan cambios
fundamentales en la vida de las personas
y que conllevan una carga psicológica muy importante, según la opinión
de los expertos en el tema.
Recuerdo
haber visto una película cuyo actor principal es el actor y cantante, además de
político, argentino Palito Ortega y en la que se aborda el tema de la jubilación
de su padre.
Inicia
la trama, con la despedida que le organizan los dueños de la empresa y sus
compañeros de trabajo al padre del personaje que encarna Palito Ortega, por
haberse jubilado y le entregan un diploma y un premio en metálico.
Todo
eso estuvo muy bien, pero cuando el señor jubilado llega a su casa, al día
siguiente se pregunta qué va a hacer, pues ya no tendrá que levantarse
temprano, prepararse el desayuno y el lonche, ir a la fábrica, trabajar 8 o más
horas, conversar con sus cuates y toda la rutina de un compromiso laboral.
Su
vida, entonces, da un giro de 360 grados.
Luego
se presentan una serie de problemas y conflictos familiares.
Adaptarse
a su nueva condición de jubilado, no es nada fácil y la película va narrando
secuencialmente todas las tribulaciones a las que tiene que enfrentarse ahora
en esa nueva etapa de su vida.
Muchas
personas que ya traen problemas relacionados con su afición al alcohol son las
que más riesgo tienen de incrementar su ingesta y, obviamente de enfrentar
problemas físicos, emocionales y familiares.
Y
muchas veces, la muerte.
Sobre
todo suele suceder con mayor frecuencia aquí en México.
Ojalá
y que las autoridades hagan algo para evitarlo.
¿No
cree usted?
La
lectura es vida, lo demás…es lo de
menos…hzr@prodigy.net.mx
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