Lo
conocen como don Arturo y,
seguramente, ese mote lo debe hacer sentir como don Corleone el personaje principal de la novela de Mario Puzo, El Padrino y de la película homónima en
la que el extinto Marlon Brando hizo el papel del capo descendiente de italianos
radicados en Nueva York.
Pero,
a diferencia del mafioso aquel, este don
Arturo no es un gran personaje de la sociedad mexicana, algún ricachón de
la era pos revolucionaria o algún narcotraficante desconocido.
Es
el chofer del líder nacional de los trabajadores petroleros, Carlos Romero
Deschamps.
Y
en donde lo conocen como don Arturo,
es en el Hipódromo de Las Américas, que opera allá en el Distrito Federal y a
donde este personaje suele ir con mucha frecuencia y se da el lujo, el algunas
ocasiones, de apostar ¡hasta 30 mil pesos! en las carreras de caballos que se
celebran en ese lugar.
Si
este don Arturo se da el lujo de
apostar esas cantidades de dinero ¿cuánto percibirá como sueldo por sus
servicios de chofer?
Lo
más probable es que tenga también una plaza sindical o administrativa y perciba
un súper sueldo.
Acuérdese
de Nico, aquel chofer de Andrés López
que luego resultó que no era tal, sino su asesor de cabecera y que por ello
recibía casi 70 mil pesos mensuales, cuando el tabasqueño se desempeñaba como
jefe de gobierno del Distrito Federal.
Ahora,
bien: si los líderes petroleros, como el fallecido Salvador Chava Barragán se daban el lujo de
apostar cantidades que a veces llegaban al millón de dólares en los casinos más
lujosos de Las Vegas, en el vecino país de norte, no nos debería asustar que don Arturo se gaste 30 mil devaluados
pesillos en el Hipódromo de Las Américas.
Lo
que si nos debe preocupar, es que esto suceda en un país como el nuestro, tan
lleno de pobres y jodidos. ¡Más de 60 millones!
Y
que los líderes sindicales del nivel de Romero Deschamps, se sigan
enriqueciendo vía las cuotas de sus representados y de los acuerdos en lo
oscurito que tienen con las empresas del gobierno.
Esta
es la corrupción que no se quiere ver y de la que, por cierto no se habla en el
tema de la modernización de Petróleos Mexicanos.
Corrupción
que es señalada con índice de fuego por los dirigentes nacionales del PRD,
Jesús Zambrano y del PAN, Gustavo Madero.
Pero
el problema es que no hay a quién irle.
En
el PRD priva la corrupción en sus dirigencia nacional y estatales, se reparten
los cargos entre familiares, compadres y amigos y, cuando pueden, se llevan un
pedacito del pastel a su mesa.
En
el PAN no hacen malos quesos y en el caso de Madero, habría que preguntarle si
ya dejó su faceta de constructor, porque hay indicios de que sus empresas,
amenazadas por prestanombres, se hicieron de varios contratos importantes en
obras carreteras y de otro tipo en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Como
en la ampliación a 4 carriles de la La Paz-Todos Santos-Cabo San Lucas.
¿Verdad
Carlos Lascurain?
La
lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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