“El esclavo se
da cuenta que lo es, hasta que se ve libre”.
Esta profunda
frase la recordé el otro día luego de que uno de los fotógrafos de este
matutino, me comentó que se estaba dificultando tomar una fotografía de una
señora menesterosa que se instala en un céntrico crucero de esta ciudad
capital.
Y es que ya
habíamos abordado informativamente el caso, hace como tres meses, haciendo un
llamado a las autoridades correspondiente para que le prestaran apoyo
humanitario a fin de que ella pudiera estar en mejores condiciones, que en
plena calle.
Al parecer sí
hubo el intento de auxiliarla por parte de alguna institución de beneficencia
pública pero la señora no aceptó.
Fue entonces que
pensé que tal vez, para ella, su mundo se reducía a ese espacio en el que se
mueve apelando a la caridad pública.
Que en ese
pequeño perímetro de cemento o asfalto se siente bien.
Porque suele
haber personas que, supuestamente, satisfacen sus necesidades con muy poco,
como lo decía con frecuencia el fallecido filósofo callejero de origen
argentino, Facundo Cabral.
Es decir, que
tal vez la señora, como los esclavos, se siente bien viviendo en las
condiciones que vive y sabe que si va a otra parte, su vida será diferente.
Y por lo que se
ve, parece que no le afecta en lo más mínimo, vivir en esa pobreza extrema.
Algo que parece
una generalidad entre los mexicanos, porque, según leo, somos los más
satisfechos con el nivel de vida que tenemos, dentro de los países de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo, la OCDE.
¡Pobres, pero
felices!
Según el Indice
para una Vida Mejor, los mexicanos estamos más satisfechos con nuestra vida que
el promedio de la OCDE. El 85 por ciento de las personas dicen tener más
experiencias positivas en un día normal (sentimientos de paz, satisfacción, por
sus logros, gozo, etc) que negativas (dolor, preocupación, tristeza,
aburrimiento, etc.).
El informe,
evalúa 11 aspectos del bienestar: vivienda, los ingresos, el empleo, la
comunidad, la educación, el medio ambiente, el compromiso cívico, la salud, la
satisfacción ante la vida, la seguridad y el balance entre la vida y el
trabajo.
O sea que
estamos más satisfechos que los habitantes de Australia, Estados Unidos de
América, Chile o Alemania.
Aunque lo dude.
Jodidos, pero
contentos, pues.
La lectura es
vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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