Las
lecciones son las de siempre y no nos las aprendemos.
¿Será
que por eso andamos como andamos en materia educativa?
Cuando
hay desastres naturales, principalmente de origen hidrometeorológico, los más
afectados, desde luego, son los más pobres que son los que tienen casas
endebles de pedazos de madera, cartón y plásticos.
Son
los que lo pierden todo.
Pero
también, se afectan aquellos residentes de conjuntos habitacionales que fueron
construidos para los derechohabientes del Issste o del Infonavit y, en
ocasiones, de empresas particulares que hacen su agosto en la compra/venta de
los terrenos.
A
mediados de junio próximo pasado, una gran tormenta se abatió sobre la
población de Piedras Negras, Coahuila, donde ya había habido problemas de
inundaciones en años anteriores.
Uno
de los conjuntos habitacionales más afectados, resultó ser Río Escondido, un fraccionamiento
que lo construyó una empresa que es propiedad de Alberto Madrazo Langle, hijo
de Sergio Madrazo Pintado, hermano de Roberto Madrazo Pintado.
¿Le
suenan estos nombres?
Las
casas, se construyeron en una zona de arroyos y por ello fue que al caer una fuerte
lluvia, la zona se inundó y las banquetas y guarniciones así como varias
viviendas, se dañaron.
¿Quién
o quiénes tienen la culpa?
La
empresa por construir en zonas de alto riesgo y el ayuntamiento de Piedras
Negras que dieron la autorización o licencias de construcción para la
viabilidad de ese proyecto.
El
anterior y el actual.
Casos
como este se presentan en todo el país.
En
el más reciente, el de Acapulco, y allí ya no fueron sólo los más pobres sino también,
vecinos de fraccionamientos de alta plusvalía e incluso, de muy alta como fue
el caso de la zona Diamante, donde
hay residencias que cuestan millones de pesos.
¿Y
la autoridad apá?
¡Bien
gracias!
Ese
es el problema.
Dicen
los residentes del Fraccionamiento Río Escondido de Piedras Negras que ahora no
pueden hablar con el señor Madrazo Langle quien personalmente les vendió las
casas y que, según argumentan sus achichincles, está muy ocupado en la ciudad
de México.
¡Aunque
usted no lo crea!
Esa
es la impunidad que no debería existir ya.
Esos
son los episodios dolorosos que no queremos ver cada temporada de huracanes.
Y
si las autoridades competentes actuaran con mayor rigor y honestidad, no habría
tantas tragedias como las que año con año, vivimos en este país de caricatura.
¿No
cree usted?
La
lectura es vida, lo demás…es lo de menos..hzr@prodigy.net.mx
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