La
historia bíblica nos dice que fueron 7 las últimas palabras que Jesús expresó
antes de espirar crucificado.
Sólo
fueron 7 palabras: perdónales señor, no saben lo que hacen.
117
pesos, tal vez podría ser una cantidad irrelevante aunque dependería desde luego,
para quién o quiénes, pues habrá a alguno o algunos a quien o a quienes, esa
cantidad, podría parecer un verdadero tesoro, si tomamos en cuenta el número de
personas que acuden a la caridad pública en todo el país.
117
personas muertas, podría parecer también una cantidad mínima cuando se trata de
una guerra e, incluso, de las víctimas por el combate al narcotráfico en
México.
Ahora
que si ocurrieran 117 faltas en un partido de futbol, sería una cantidad enorme
y a la mejor el árbitro e vería obligado a suspender el partido.
Desconozco
cual habrá sido el mayor número de faltas que registras quienes llevan las
estadísticas del balompié, pero en un encuentro futbolero, al menos del ámbito
profesional, 117 faltas serían demasiadas.
Como
demasiadas me parecen las 117 faltas de ortografía que expertos en el tema encontraron en los libros de texto
gratuitos que repartió el gobierno federal, vía la Secretaría de Educación
Pública, para el presente ciclo escolar.
Y
si a usted le dicen que se imprimen 225 millones de libros para repartirlos por
ciclo escolar, tal vez esas 117 faltas de ortografía, le parezcan picata
minuta.
Pero
habría que subrayar que de hecho los libros que se reproducen sólo son unos
cuantos y entonces 117 faltas ortográficas, suenan como a una verdadera
catástrofe, sobre todo si se toma en cuenta que son para educar a los
estudiantes de educación básica.
Dice
el titular de la SEP federal, Emilio Chuayfett que no pudo hacer nada para
evitar el problema ya que cuando este gobierno inició, el pasado uno de
diciembre del 2012, los libros ya estaban imprimiéndose y dado que son
millones, pues habría sido un verdadero problema.
Problema
esas 117 faltas de ortografía.
Porque
aquellos alumnos que lean la palabra errónea, creerán que así se escribe y para
cuando los libros sean corregidos, ellos ya estarán en un grado superior y, a
menos que les guste la gramática y la ortografía, tal vez después logren
escribir o expresar las 117 famosas palabras correctamente
El
que hayan ocurrido esas faltas de ortografía en los libros de texto gratuitos,
es una muestra de que en México no nos aplicamos bien a desempeñar nuestras
tareas.
En
pocas palabras, una muestra de importamadrismo.
Lo
peor de todo es que, a quienes tienen la responsabilidad de evitar ese tipo de
pifias, se les paga con el dinero del erario.
Y
están obligados a hacer bien las cosas.
Porque
ni modo que, como sucedió con Jesús, les digamos: perdónalos señor, no saben lo
que hacen…
La
lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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