Hilda, !qué irónica es la vida!
Mientras que tú cumples 4 de haber sido
condenada a purgar un año de prisión, bajo la acusación de haberte provocado un
aborto, quienes sí son unos verdaderos criminales o pillos, andan sueltos en
las calles, como si nada.
¡Qué eficiente es la justicia cuando de
juzgar a los pobres y desposeídos como tu, se trata!
Pero qué deficiente es, cuando los que
deberían someterse al imperio de la ley, son poderosos o ricos.
A esos no se les toca ni con el pétalo de
una rosa.
O a veces, se les hacen juicios a modo
para aparentar que se les castiga con la ley.
Yo no puedo saber a ciencia cierta si en
efecto, eres culpable de lo que se te acusa, eso sólo tú y Dios lo saben,
porque ni siquiera, los que llevan el caso han podido demostrar fehacientemente,
que te provocaste el aborto.
Según leo en la información de tu caso,
es la opinión en un médico la que establece que así fue, pero está el
antecedente de que tu confesión ante el mismo fue obtenida bajo coacción o
intimidación.
Es seguro que ya no se utilizó el agua
mineral y la botella de salsa huichol, para hacerte confesar, como en antaño,
pero existen otros métodos.
Si tú quieres decir la verdad, ¿quién va
a creer en la palabra de una pobre indígena desamparada que sólo sirve para
aumentar las estadísticas de la pobreza en este país?
Bien lo ejemplificó Octavio Paz en Máscaras mexicanas cuando dice que un
día escuchó ruidos extraños afuera del estudio de su casa y temeroso y todo
preguntó ¿quién anda allí? y la respuesta fue un “nadie señor”, emitida por la
trabajadora doméstica.
Tu caso, como el de cientos o miles más
cuyos expedientes están allí en los juzgados de los tribunales, es un vivo
ejemplo de cómo se aplica la justicia en una nación como la mexicana.
No es la primera vez que en este espacio
se aborda un caso similar al tuyo.
Y de hecho, no alcanzarían todos los días
de publicación de esta modesta columna, para denunciarlos o para enumerarlos.
¿Cómo hacer, Hilda, para que la justicia
sea más pronta y expedita
La respuesta no es nada fácil.
Apenas, nuestras autoridades judiciales
del país, están trabajando en la implementación de los llamados juicios orales,
que se supone mejorarán, ¡a partir del 2016!, notablemente la impartición de
justicia, pero se trata de un sistema de justicia cuya aplicación lleva más de
100 años en el vecino país del norte.
Tú, ya llevas 4 años y todavía estás
defendiéndote.
Y otros expedientes similares, llevan más
años todavía.
Por eso tiene razón Séneca cuando afirma
que no hay nada más parecido a la injusticia,
que la justicia tardía.
La lectura es vida, lo demás…es lo de
menos…hzr@prodigy.net.mx
P:D: para quienes no lo sepan, Hilda es
una indígena otomí que fue acusada de provocarse un aborto en San Luis Potosí y
condenada a prisión.
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