jueves, 17 de octubre de 2013

Temas y...tiempos crispados

El jueves 14 de agosto próximo pasado, el general de brigada, Ernesto Aguilera, director del Colegio de Defensa Nacional dijo lo siguiente:
“Para el Ejército,  México atraviesa por tiempos crispados”.
La tarde-noche del miércoles 9 de octubre, próximo pasado, el colega periodista, Francisco Antonio Alcántar López, fue vil mente asesinado a balazos y su hermano Leobardo, herido gravemente.
Vivimos tiempos crispados, como dijo el militar de alto grado.
Pero ante tanta violencia aquí y en todo el país, uno se pregunta
¿Por qué?
Ya arañando las seis décadas de vida, reflexiono al respecto y me da la impresión de que la violencia y los tiempos crispados siguen allí.
Será acaso que no se han movido en el territorio mexicano desde aquellas guerras entre tribus y luego contra los conquistadores.
Que siguieron después en la lucha por la Independencia y luego en la Revolución.
Recuerdo que a la edad de 4 o 5 años asistí a un velorio de dos tíos a los que un sujeto había ultimado a balazos en una especie de duelo del Oeste, allá en mi pueblito de madera que en su nombre lleva la fama: San Miguel de Cruces.
No era lo de Cruces porque había el cruce de muchos caminos, como por ejemplo el caso de El Crucero donde convergían varios caminos del Valle de Santo Domingo y que ahora es Ciudad Constitución, acá en BCS.
Cuando dejaba la etapa de niño para entrar a la adolescencia, supe de la masacre del 68 y de los tiempos violentos de la guerrilla urbana en algunas entidades.
15 años después, México entró en la espiral del narcotráfico y todo lo que gira en torno a esta actividad ilícita.
Y desde entonces, estamos inmersos en esos tiempos violentos.
O tiempos crispados, como bien dijo el general Aguilera.
Los que somos pacifistas, no queremos guerras ni violencia.
Queremos paz, tranquilidad y convivencia armónica.
Peace and love, como dirían los clásicos.
¿Es mucho pedir?
En la India, un gran personaje, Mahatma Gandhi logró la independencia de ese enorme país, tan sólo con su mensaje de paz y sin haber recurrido jamás a una actitud violenta.
Aquí ya llevamos muchos muertos en una guerra sinsentido, que enfrenta a gobiernos y quienes se colocan del lado de la violación a las leyes, en las filas del narcotráfico y los secuestradores.
¿Cuántos más tendremos que ser inmolados?
¡Vivimos tiempos de crispación, ni duda cabe!
Finalmente, después de que terminó la misa de cuerpo presente de Toño Alcántar allá en la funeraria donde fue velado y antes de que subieran su féretro a la carroza, al ver a su viuda sollozar inconsolable ante sus restos mortales, recordé aquella línea del poema Umbrío por la pena, del malogrado poeta español Miguel Hernández en el que dice que la pena tizna, cuando estalla y también el final del mismo: …“Cardos, penas me oponen su corona/cardos, penas me azuzan sus leopardos/y no me dejan bueno hueso alguno/No podrá con la pena mi persona/circundada de penas y de cardos:/¡cuánto penar para morirse uno!”
La lectura es vida, lo demás es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx   




No hay comentarios:

Publicar un comentario