Siempre he sido solidario.
De ello ha quedado constancia en
esta modesta trinchera periodística.
Como dice la canción, me quito la
camisa y a veces al taco de la boca para dárselos a quienes no tienen nada y
necesitan mucho.
También, los habitantes de este
país, hemos dado muestras de nuestra solidaridad cuando hay desgracias en otros
países.
Pero a veces, algunas acciones de
solidaridad, me provocan cierto desencanto.
Como esa de que el gobierno
mexicano condonará el 70 por ciento de un crédito que se le otorgó hace ya poco
más de 15 años al gobierno cubano y que fue de algo así como 487 millones de
dólares a través del Banco Nacional de Comercio Exterior.
El resto, es decir el 30 por
ciento, que serán algo así como unos 10 millones de dólares, los podrá pagar el
gobierno cubano en un plazo de 10 años.
Reconozco, que Cuba es una nación
pobre y falta de recursos monetarios para cumplir con esta clase de compromisos
crediticios, pero México no se queda muy atrás.
Existe si, un gran abismo entre
la economía mexicana y la economía cubana.
Pero nuestro país también tiene
muchas necesidades y millones de personas que no reciben los recursos
económicos suficientes para alimentar, vestir y educar a sus familias.
Incluso, el gobierno de Enrique
Peña Nieto ha creado un programa especial, el de la Cruzada contra el Hambre
que tiene como objetivo primordial combatir ese flagelo que afecta a millones
de compatriotas y que ha sido una cicatriz social que no ha podido sanar del
todo.
Esos casi 500 millones de dólares
bien podrían significar un cúmulo de beneficios para miles de familias de
aquellos estados de la república mexicana donde se ubican los más altos índices
de pobreza y carencias.
Incluso para financiar la compra
de algunos de los bienes muebles que miles de familias perdieron durante la
temporada de lluvias del presente año que no termina todavía y que amenaza,
incluso con incrementar los daños.
Desde luego si se los condonan a
los cubanos, es porque no tienen como pagarlos y por lo tanto el dinero no
existe, pero hablamos de lo que se podría hacer si lo pagaran.
También, la decisión del gobierno
mexicano de condonar esos millones de dólares al gobierno cubano, me da
envidia.
Sí, porque tal vez también
podrían servir para que quienes traemos arrastrando deudas con las
instituciones bancarias o financieras de este país, pudiéramos, al menos por
concepto de intereses, pagar menos y aligerar esa pesada carga económica.
Los bancos, que en México,
prácticamente en el mayor porcentaje hablando de los más importantes, son
extranjeros, es donde mayores ganancias o utilidades perciben por guardar
nuestro dinero y luego prestarlo a otros o a nosotros mismos.
Por ello, yo le pediría modestamente
desde este espacio al señor secretario de Hacienda, Luis Videgaray, que
explorara e impulsara la idea de que se reduzcan más todavía las tasas de interés
que cobran los bancos por prestar dinero.
Ya se reformó la ley para que
presten más, pero también sería una buena decisión, lograr que cobren menos.
¿No le parece?
La lectura es vida, lo demás…es
lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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