El
día que se discutió en el pleno del Senado de la República, la homologación del
IVA para las regiones fronterizas del país, me venció el sueño y no pude ver el
momento de la aprobación, pues apagué la televisión al filo de la una de la mañana
y según trascendió, la votación a favor se generó al filo de la una y media de
la madrugada.
Lo
que quiero resaltar de esa histórica sesión, si es que se permite el término,
es que esa vehemencia con la que algunos legisladores manifestaron su rechazo a
la homologación, me gustaría verla en otras discusiones importantes que nos
afectan a todas y todos los mexicanos.
Incluso,
me hubiera gustado verla cuando en el sexenio de Felipe Calderón se aprobó el
Impuesto Empresarial a Tasa Unica, el IETU y también, el Impuesto a Depósitos
en Efectivo, el IDE.
Vehemencia
que tampoco se vio en algunos de los llamados representantes populares cuando
el IVA se incrementó, en el 2010, del 10 al 11 por ciento para la región
fronteriza y del 15 al 16 por ciento para el resto del país.
Debo
decir que nunca estuve de acuerdo, no tanto con el que el IVA se hubiera
elevado en 1995 al 15 por ciento, sino con aquella expresión de júbilo del
entonces coordinador de la bancada priista en la Cámara de Diputados, mi tocayo
Humberto Roque Villanueva y que sería conocida como la Roqueseñal.
Aunque,
como ya lo dije en este espacio alguna vez, él personalmente por teléfono, me
comentó que en realidad su intención no fue hacerlo así y que se trató de un
efecto de la toma fotográfica, pero no se ha podido olvidar la famosa Roqueseñal.
A
mí me gustaría en lo personal, que nuestros legisladores y legisladoras
federales nos defendieran, con la enjundia que se vio en esa sesión de la
homologación del IVA, de la voracidad de las instituciones bancarias que nos
cobran intereses hasta por respirar cuando se ingresa a sus edificios.
Me
gustaría que se aplicaran en el análisis a fondo de la realidad en torno a las
famosas Afores y que se establezcan mejoras para los que hoy estamos trabajando
y que algún día nos jubilaremos.
Sí,
porque hasta ahora, con la legislación actual, las pensiones que recibamos serán
irrisorias y no alcanzarán para maldita la cosa.
Si
no lo cree, investigue al respecto.
En
fin, sería largo enumerar tantas y tantas iniciativas que duermen el sueño de los justos en el Congreso de la Unión y cuyos
objetivos son el bienestar de la sociedad mexicana.
No
deben olvidar nuestros legisladores y legisladoras federales que con nuestros
impuestos se cubren sus sueldos.
Que
NO son sus patrones, ni los partidos que los postularon a esos cargos, ni el Presidente
de la República en turno.
Por
eso no comulgan con la idea de la reelección consecutiva, porque entonces quedarían
bajo el imperio del sufragio de sus representados.
Y
eso como que todavía, desde el punto de vista de ellos, no se ve bien en este país
de caricatura.
¿O
sí?
La
lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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