Según
trascendió, allá en la capital del país el retiro del Partido de la Revolución Democrática
de las negociaciones para la integración de lo que sería el Instituto Nacional
de Elecciones, obedeció a que en el reparto de consejeros, únicamente le correspondería
proponer a dos de ellos, quedando en desventaja numérica ante el Partido Revolucionario
Institucional que tendría cinco y el Partido Acción Nacional que tendría 4.
Los
del PRD decidieron salirse de las negociaciones, incluso del Pacto por México.
Aunque
en este último caso fue porque Jesús Zambrano y su corriente de la Nueva
Izquierda, no quieren dejar el liderazgo nacional perredista.
Sus
adversarios adentro del PRD, los acusan de estar muy cercanos al gobierno
federal de Enrique Peña Nieto y de hacer a un lado los principios que le dieron
vida al partido del sol azteca.
Pero
si ellos tardaron varios años en llegar al liderazgo nacional del PRD y apenas
llevan cinco teniendo el control del CEN, no es lógico que estén dispuestos a
entregar la plaza, sin dar la pelea.
El
INE, que vendría a sustituir al IFE (Instituto Federal Electoral) ha despertado
polémica, sobre todo por el argumento que esgrimieron sus principales impulsores,
los panistas y los perredistas, de que de esa manera se evitaría que los
gobernadores de los estados metan las manos en los Institutos Estatales
Electorales, que desaparecerían o bien se transformarían.
Los
expertos y quienes son proclives a que el INE debería ser una institución cuyo
Consejo General debería estar integrado por personas provenientes de la
academia o de la sociedad civil y no por cuotas partidarias como se ha hecho
con el IFE.
De
otra manera, sería aplicar la fórmula del gatopardismo de la que tanto hablaba
don Jesús Reyes Heroles, de cambiar para seguir iguales.
De
que suele suceder que los gobernadores en turno, meten las manos y mucho más en
el Instituto Estatal Electoral del territorio que gobiernan, ni quien lo dude.
Y
no nada más los que pertenecen a determinado partido, como se ha querido
proyectar, sino todos.
Con
el INE, se asegura, se estarían limitando esas prácticas corruptoras y habría más
credibilidad en quienes tienen la responsabilidad de conducir y organizar los
procesos electorales.
Pero
creo que no serviría de mucho si, insisto, el INE se integra por cuotas de los
partidos políticos nacionales, aunque ya se dijo que la propuesta es que el PRI
presente a 10, el pan a 6 y el PRD a 4
candidatos para seleccionar a los 11.
No
faltara quien subraye que el que se considera ha sido el mejor Consejo General
Electoral del IFE, el encabezado por José Woldenberg, también se integró por
cuotas partidarias.
Pero
la mayoría de los consejeros mantuvieron una actitud de responsabilidad y
compromiso con la ciudadanía, más que con los partidos que los propusieron.
Ese
tipo de consejeros son los que se requieren para el Instituto Nacional de
Elecciones.
Que
garanticen la certeza de procesos electorales apegadas estrictamente a la
normatividad y de cuyos resultados finales nadie tenga desconfianza.
De
otra manera, mejor sería que se quedara el IFE como está.
Sin
embargo, en el Senado de la República se acordó ayer la creación del INE, por
lo que todo indica que el IFE pasará a mejor vida.
Ojalá
y que sea por el bien del país.
La
lectura es vida, lo demás es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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